Becca (Nicole Kidman) y Howie (Aaron Eckhard) enfrentan la penosa experiencia de haber perdido a su único hijo de cuatro años al ser atropellado en un accidente de tránsito.
El arduo camino al perdón y a la aceptación es el tema de esta serena y sobrecogedora película de John Cameron Mitchell (2010), basada en la obra de teatro de David Lindsay - Abaire quien a la vez es el guionista.
La Kidman produce esta angustiante adaptación para ponerse de nuevo en el radar de las buenas actrices con candidaturas y posibles triunfos como mejor actriz. Y la verdad es que transita a esta psicorrígida madre, hija y esposa perdidas, con una dolorosa veracidad al lado de su partener masculino sacando avante a su personaje mientras nos arranca el alma para volverla a entregar casi hasta el final.
La jugada maestra de como una mujer madura y que comienza a ser olvidada repunta de nuevo en Hollywood, es un ejemplo de sobrevivencia en el cruel y competitivo mundo del star system americano. Así, Nicole Kidman es nominada al Globo de Oro por este personaje al lado de la más fuerte rival de este año: la talentosa Natalie Portman por Black Swan; la joven y monstruosa buena actriz Jennifer Lawrence por Winter´s bone; la ganadora del Oscar Halle Berry por Frankie and Alice y otra joven y magnífica actriz que además de actuar osa tener sexo oral en escena: Michelle Williams por Blue Valentine. Como se ve la competencia es dura.