Seguro que alguna vez has asistido como público a un monólogo o has visto una serie graciosa en la televisión. Una de esas creaciones ingeniosas pero poco serias... aparentemente. Y digo esto, porque detrás del humor muchas veces se esconde una reflexión profunda y en ocasiones muy certera sobre la naturaleza humana.
Hace poco estuve viendo un monólogo de Goyo Jiménez y me gustó especialmente el principio, porque comenzaba diciendo algo así como... "vamos a hacer un análisis de los problemas que asolan la sociedad actual... y bla bla bla". Y después, cuando todo el mundo se quedaba con cara de cuadro, soltó... "que no, que esto es lo de reírse, como siempre".
Se puede pensar que simplemente se trata de una broma, pero desde mi punto de vista, el humorista intenta reflejar con la introducción la seriedad de lo que hace (lo cuál no lo hace menos divertido). Series y obras de humor, que hoy se consideran ingeniosas pero poco serias, tal vez en el futuro se tomen como algo más, ya que mediante el humor son capaces de reflejar los trapos socios de una sociedad, la nuestra, capaz de grandes cosas y al mismo tiempo de las mayores incongruencias.
De hecho, en algunas ocasiones, la realidad ha llegado a parecerse tanto a la parodia que han podido solaparse de forma asombrosa sin apenas dar lugar a la exageración.
Reflexionar sobre la naturaleza humana no tiene que ser necesariamente una actividad de sesudos filósofos serios y aburridos. Bueno, no creo que realmente lo sean, aunque los monólogos me parecen más divertidos. El humor puede hacer que una reflexión nos guste más, pero también que no la tomemos tan en serio, impidiéndonos apreciar así del todo la miga que se esconde detrás de muchas creaciones cómicas, que puede que no tengan nada que envidiar a las de autores más consagrados. ¿Y tú? ¿Qué opinas? ¡Déjame tu impresión en comentarios...!