Camaradas,
El 12 de noviembre, desde el HMS Ark Royal despegaron 24 aviones Hurricane hacia Malta para reforzar la guarnición de la isla. El Almirante Somerville había recibido informes de que se había detectado a varios U-Boote ante la costa española, pero consideró que merecía la pena arriesgarse y se limitó a recordar a la Fuerza H que permaneciera alerta.
El portaaviones británico HMS Ark Royal.
Al día siguiente, 13 de noviembre, los temores británicos se confirmaron cuando a las 05:06 de la mañana, el U-205 disparó tres torpedos contra el HMS Ark Royal. Ninguno impactó contra el buque, pero su destino estaba sellado. También en la mar se encontraba el U-81 de Friedrich Guggenberger, quien había recibido un informe de que la Fuerza H estaba regresando a Gibraltar.
El destructor Legion se sitúa junto al escorado portaaviones Ark Royal.
A las 15:40 horas, el operador de sonar a bordo del destructor HMS Legion detectó un sonido no identificado, pero asumió que se trataba de las hélices de un destructor cercano. Un minuto más tarde, el portaaviones HMS Ark Royal fue alcanzado en medio del casco por un torpedo entre los tanques de combustible y el almacén de bombas y justo debajo del puente. La explosión agitó todo el buque, arrojó al aire a los aviones torpederos cargados y mató a un marinero. Un agujero de 40 x 9 metros quedó abierto en el lado de estribor por debajo de la línea de flotación por un torpedo que se estimaba había atravesado la quilla y explotado en el lateral del sistema de protección. El impacto provocó la inundación de la sala de máquinas de estribor, la centralita principal, los tanques de combustible y más de 32 metros de la quilla de estribor del buque. El tren de propulsión de estribor quedó desbaratado, provocando que la mitad trasera del barco perdiera potencia mientras que las comunicaciones quedaban interrumpidas en todo el buque.
Otro punto de vista del portaaviones durante su agonía.
Inmediatamente después del impacto del torpedo, el Capitán Loben Maund ordenó detener los motores por completo, pero se vio obligado a enviar a un corredor a la sala de máquinas cuando se descubrió que las comunicaciones estaban cortadas. La inercia del buque ha ampliado el boquete en el casco, y para cuando el portaaviones logró detenerse había embarcado tanta agua que comenzó a escorarse a estribor, alcanzando una inclinación de 18º en 20 minutos. Teniendo en cuenta la inclinación del portaaviones así como el destino de otros portaaviones como el HMS Courageous y el HMS Glorious, que se habían hundido rápidamente con grandes pérdidas en vidas, Maund dio orden de abandonar el buque. La tripulación fue reunida en cubierta para decidir quién permanecería a bordo para salvar al buque mientras el destructor HMS Legion se situaba al lado para llevarse al resto; como resultado de esto, no se iniciaron medidas de control de daños exhaustivas hasta 49 minutos después de producirse el ataque. La inundación se extendió sin control, exacerbada por puertas y escotillas que se habían dejado abiertas durante la evacuación de las cubiertas inferiores.
La tripulación del HMS Ark Royal se agolpa en cubierta para ser trasladada al destructor HMS Legion.
El agua llegó a la sala de máquinas central, que comenzó a inundarse por debajo. Cuando las calderas quedaron ahogadas, se perdió la energía eléctrica en todo el barco; el Ark Royal no disponía de generadores diesel de respaldo. Alrededor de media hora después de la explosión, el portaaviones pareció estabilizarse. El Almirante Somerville, decidido a salvar al HMS Ark Royal, ordenó a las escuadrillas de control de daños que regresaran al portaaviones antes de llevar al acorazado HMS Malaya a Gibraltar para organizar los esfuerzos de salvamento. Los marineros lograron reencender una caldera, proporcionando energía a las bombas de agua. El destructor HMS Laforey se situó al lado para proporcionar energía y bombas de agua adicionales mientras aviones Swordfish procedentes de Gibraltar llegaban para reforzar las patrullas antisubmarinas.
Una de las últimas imágenes del Ark Royal antes de irse a pique.
El remolcador Thames llegó desde Gibraltar a las 20:00 horas de ayer y fijó un cable de remolque al HMS Ark Royal. Sin embargo, el buque estaba perdido. La inundación ha continuado extendiéndose, provocando que las 02:05 y las 02:30 horas de la madrugada de hoy, 14 de noviembre la escora ha alcanzado 20º de inclinación. Cuando se ha vuelto a dar la orden de “abandonen el barco” a las 04:00 horas, la inclinación del portaaviones superaba los 27º. A las 04:30, toda la dotación que permanecía aún en el Ark Royal ha sido evacuada al destructor Legion; con la excepción del marinero que ha perdido la vida en el momento del impacto del torpedo, los británicos no han lamentado víctimas. Los 1.487 oficiales y marineros del buque han sido transportados a Gibraltar. La escora ha alcanzado 45º antes de que el Ark Royal volcase y se hundiese a las 06:19 horas. Los testigos han informado que el portaaviones ha rodado a 90º donde ha permanecido durante tres minutos antes de invertirse. El Ark Royal se ha partido en dos, la proa se ha hundido en un par de minutos, seguida por la popa.
El victorioso Capitán de U-Boot Friedrich Guggenberger, en una fotografía obtenida el pasado mes de octubre.
El epílogo del hundimiento del HMS Ark Royal no puede ser peor para su capitán, Maund, quien va a ser sometido a investigación y seguramente tenga que enfrentarse a un consejo de guerra por negligencia al no haber constituido a su debido tiempo equipos de control de daños y no haberse asegurado que el buque se encontraba preparado para afrontar cualquier posible daño. Al Capitán Friedrich Guggenberger, por el contrario, le aguarda la Cruz de Caballero de la Cruz de Hierro con Hojas de Roble.
Es lebe der Kapitänleutnant Friedrich Guggenberger!Sieg Heil, Viktoria!