Una de las frases que más se recuerdan de la mítica película Jurassic Park es aquella de “la vida se abre camino”. El doctor Ian Malcolm no paraba de advertir que no podíamos controlar todo, que al final la vida sorprende, escapa al camino que hemos supuesto y ocurren acontecimientos inesperados. Esto quizás no ha sido inesperado del todo, pero no deja de ser llamativo. “El ibis eremita vuelve a criar en la península 500 años después de haberse extinguido”, rezaban los titulares hace unos años, alabándose un hecho magnífico y digno de aplauso. Pues bien, ya me ha tocado ver en varias ocasiones a la especie, y me apetecía contaros algunas impresiones.
El ibis eremita (Geronticus eremita) es un ave negra y calva que se alimenta de insectos y pequeños vertebrados de prados, playas, marismas y estepas. Hace unos siglos vivía hasta en Europa central, como dan fe numerosos grabados y datos, pero actualmente se encuentra en grave peligro de extinción, quedando como única población fiable y aceptable la de Marruecos, a la que se presta gran atención. Se trataba de un ave con gran simbolismo en el antiguo Egipto, apareciendo en jeroglíficos, pero su fama y presencia se fue apagando lentamente hasta darse por extinta en más de una ocasión. En el año 20o3 la Junta de Andalucía, el Ministerio de Defensa y el Zoo de Jerez iniciaron un interesante plan de cría en cautividad y reintroducción que ya está dando éxito, porque la reproducción se ha conseguido y ver en libertad ejemplares de esta especie es posible en nuestro país ( y francamente fácil).
Hablamos de la zona litoral de La Janda, el Parque Natural de La Breña y marismas de Barbate, donde se ha llevado a cabo el proyecto. Una comarca de gran belleza natural, con mucha afición a la ornitología que ha servido de base, y de donde quizás luego se pueda dar el salto a Cabo de Gata y otros lugares de España. Pero no somos los únicos que nos hemos puesto manos a la obra, en países como Austria,y en general en zoos de todo el mundo, se trabaja para tener un número considerable de estos animales con vistas a recuperar su pasado esplendor por Europa, África y Oriente Próximo.
Lo gracioso viene en la zona de cría que han elegido estas primeras parejas andaluzas que han criado tras tantos siglos, normalmente no diría nada de un sitio de nidificación pero esto es conocido por todos y ha salido en los medios de comunicación. En la Barca de Vejer, junto a una carretera por la que pasan hasta autobuses, a escasos metros de un núcleo habitado y a la vista de los cientos de curiosos que acuden a verlo, es donde crían algunas de estas parejas, sin vergüenza alguna, sin sentir el menor estrés por la presencia humana.
Pero no es esto lo único curioso, un sitio donde pueden verse con algo de fortuna es en el campo de golf de La Barrosa, donde pululan por el césped en busca de alimento junto a las garcillas bueyeras.
Los encargados de este plan intentaron que los animales no quedaran muy improntados por el ser humano, de ahí las populares imágenes de personas con cascos en forma de ibis alimentando a esos pollos, pero aún así no ha debido ser muy exitosa la técnica, porque a la vista está que lejos de mostrar cierto distanciamiento hacia el hombre se aprovechan de su cercanía con descaro. Aprovecho para comentar que, hoy en día, los científicos y técnicos que llevan programas de cría se afanan con esmero en diseñar estrategias para que los animales sean lo más salvajes posibles el día que estén en la naturaleza, para disminuir su mortalidad y que se pueda hablar de reintroducción de animales salvajes, y no de sucedáneos medio atontados.
Pero ojo, que en este caso hay que indagar en la historia, hay datos de nidos en murallas y edificaciones muy cercanas al ser humano, por lo que no sería tan descabellado tenerlos tan cerca. Aparte, por ejemplo en Marruecos, la especie se alimenta en cultivos y barbechos, de nuevo ambientes cercanos al hombre, por lo que de nuevo hablaríamos no de un fracaso en cuanto a asilvestrar a estos animales nacidos en cautividad, sino que la especie, ya de por sí, no es una especie recóndita ni escondidiza.
Otra de las lecturas interesantes que se podría hacer es el hecho de convertir esta especie es algo parecido a un sello propio para la zona, una especie bandera que atraiga gente, que genere beneficios, que otorgue un plus de interés a la zona o que sirva como argumento para proteger esta preciosa comarca gaditana. Para los amantes de las aves, ese pequeño cortado de La Barca de Vejer se ha convertido en una parada obligada, y ver los ibis eremita está siendo un aliciente más para venir y parar por aquí, es más, sólo tenéis que curiosear blogs dedicados a estos temas. No es poca cosa para un ave poco agraciada para el punto de vista del público general.
La verdad es que hace poco acudí a ver esta zona de cría de La Barca, aquellos de mis acompañantes que nunca habían estado se sorprendieron mucho del sitio de la colonia de cría, casi al alcance de las manos, en un sitio transitado y vulgar, creo que la experiencia nunca deja indiferente. Resulta curioso, 500 años sin verse esta especie en España, se recupera, y en vez de convertirse en una especie mística, casi imposible de ver al menos en sus primeros pasos en nuestro país…le da por aparecer en los sitios más humanizados que uno pueda imaginar. La vida se abre camino, que dijo aquel.
Os recomiendo leer esta web en la se cuenta cómo con el apoyo de diferentes entidades españolas se intenta ayudar a la que es,hoy por hoy, la única población consistente del ibis: http://ibiseremita.blogspot.com.es/
También os dejo este enlace con fotos muy ilustrativas: http://josemanuelav.lacoctelera.net/post/2013/06/20/ibis-eremita-una-familia-crece