Revista Historia

El icónico y nostálgico edificio de la Purlom de Abrera

Por Ireneu @ireneuc

Uno de los inmuebles más conocidos y reconocidos por toda una generación de habitantes de la villa bajollobregatina de Abrera y, sobre todo, por los viajeros del área metropolitana de Barcelona que pasaban por la cercana carretera N-II, fue el edificio de la empresa Purlom. Esta fábrica de productos cárnicos afincada en Abrera en 1966, y que revolucionó la vida social del pueblo, utilizaba la pared del secadero de embutidos que tenía adosado a la factoría como panel publicitario de su marca.

La prominente altura del edificio, que le hacía destacar sobre el telón de fondo de la montaña de Montserrat ( ver La montaña de Montserrat, el icono sagrado catalán que no es una montaña), y la contundencia de un nombre corto dibujado en color rojo sobre fondo blanco, hacía que todo el mundo que pasara por delante se fijara en aquel improvisado cartel. Finalmente, tras el cierre de la empresa en 1993 y varios años de abandono, el edificio fue derribado en 2003. Un derribo que, borrando el recuerdo de la fábrica y sus edificios anexos, dejó paso a un solar que se urbanizó -cómo no- acogiendo un nuevo barrio de viviendas.

El dato: La instalación de la Purlom permitió que, en 10 años, Abrera triplicara su población, que hasta ese momento era de 800 personas y se dedicaban mayoritariamente a la agricultura de la viña.


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