La catedral de Plasencia con sus dos partes, la nueva plateresca y la vieja gótica, es una bonita muestra de obra inacabada pero de mucho interés. Los grandes del Renacimiento dejaron su huella en la ciudad extremeña.
Fuimos a ver la sillería del coro, la obra maestra de Rodrigo Alemán, recientemente restaurada. Todavía no se puede traspasar la reja para ver en detalle una obra tan singular del flamígero con magníficas taraceas y tallas. Las misericordias merecen disfrutarse con sosiego.
Resaltamos un cáliz, llamado de los Nudos, del siglo XV y que está expuesto en la sala de la platería. El orfebre utilizó un icosaedro con caras trilobuladas como adorno del cuerpo central de transición. Una muestra más del interés renacentista por los sólidos platónicos.
Destacable también es el rosetón de estrella pentagonal curvilínea de la catedral vieja.