Son una fácil tentación. Los leggings nos atrapan una vez que los hemos probado. Y a ver ahora quién les dice que no, con lo calentitos y cómodos que son. Laura tiene dudas para llevarlos bien, porque es muy fácil traspasar la delgada línea de su buen uso.
Cuando hablamos aquí de leggings nos vamos a referir a pantalones pegados a la pierna, en algodón preferentemente. Las mallas de toda la vida, vamos. Para llevarlos:
- En modo paseo: con un jersey de punto, amplio, de cuello vuelto. Combinado con unas botas planas de media caña. Y una capa de cuadros para el fresquito.
- En modo trabajo: con un blusón largo y una chaqueta de punto fino, larga. Botines de cuña y un abrigo con cinturón.
- En modo salir en la noche tranquila: con salones (si el pie va descubierto, sin media, mucho mejor) y un miniminivestido. Con el toque de una bonita cartera de mano maxi y un abriguito de pelo para compensar el fresquito en los pies.
- En modo salir en la noche loca: con unos zapatos abotinados de ante, de mucho tacón. Una camiseta negra XXL y una chaqueta kimono del estilo de ésta o un blazer de lentejuelas.
- Podemos elegir el calzado de diferente color a la malla. Eso sí, si lo llevamos del mismo tono que la misma, alargará ópticamente la pierna. Sobre todo, en el caso de los zapatos, más que de las botas o botines.
- Elegir una bota o un zapato ya es una cuestión personal. Dependerá de nuestro estilo y sobre todo, de nuestra figura. Las piernas cortas mejor con tacón y pierna despejada.
- Si el tema peliagudo se encuentra en nuestras caderas, pero la parte superior de nuestro cuerpo es estrechita, es preferible no acentuar estas diferencias con blusones. Es mejor marcar la cintura o ablusonar en la cadera. En cambio, para las barriguitas, los blusones son fantásticos.
No se te ocurra: cuidadito al elegir el calzado. Más que por el legging, por tu edad y tu estilo. Hay infinidad de botas (moteras, cowboy, planas...), o de zapatos (abotinados, salones, cuñas, oxford planos) como para caer en el horror. Y en el horror sólo se cae si tratas las mallas de modo chabacano, colocándole salones de desorbitado tacón (que cada vez me parecen más soeces), o si los llevas tobilleros con salones de charol. Combinaciones de pesadilla.
Evita llevar el culito al aire. El culito en mallas mejor cubiertito. Por un jersey de punto fino, de punto grueso, camisa, blazer, minivestido, lo que se te ocurra.
Son mallas, no medias. Son pantalones, trátalos como tal. La historia ésa de medias sin pie a las que llaman leggings es mejor olvidarla.
Explora. Además de los de algodón los tienes de lentejuelas, de vinilo, de cuero. Elige el adecuado según la situación y tu estilo.
Meterlos bajo una falda vaquera. Sin palabras.
Lo encontrarás en: el conjunto de la izquierda es de Pedro del Hierro. El de la derecha, de Hoss Intropia.