Tras un año de espera a nuestras pantallas. Llega la nueva obra del director Sylvain Chomet (Las trillizas de Belleville), adaptando un guión de Jacques Tati.
Tatifell es un mago del cual ha pasado ya sus días de gloria en el espectaculo. Por casualidad de la vida un escoces le ofrece un show en el bar suyo, el cual accede a ir. Alli conoce a una joven, la cual decide fugarse para buscar un futuro mejor junto al ilusionista. Los dos se establecerán en Edimburgo, con una relación padre e hija, dando todos los saltos oportunos ante los baches que les dará vida.
Con un comienzo totalmente fantástico, en el cual demuestran a un mago de avanzada edad, dentro de sus últimos días en el mundo del espectáculo. Pero la vida siempre te da nuevas oportunidades y esperanzas para volver a ser quién era. El fin se antoja un poco melancólico, donde dos perdedores siguen con esperanzas sus sueños, aunque aveces estén llenos de trampas y tengan un gran corazón para poder salir día a día para sobrevivir.
Evocadora, cautivadora... En cada imagen es una pura poesía llena de sensaciones donde hace al público vibrar. Y es que el verdadero espectáculo esta en cada fotograma de la película. Donde muestran que por muy mal que se te ponga la vida, siempre hay un nuevo camino para la esperanza. Esperanza para poder seguir creyendo en uno mismo, de pode luchar día a día, y es que esta vida siempre te dará una de cal y otra de arena.
Nota 10/10