Revista Música

El impacto de la IA en la creación de música extrema. ¿amenaza u oportunidad?

Publicado el 12 diciembre 2025 por Atanatosweb

(English Below)

Como alguien que ha dedicado gran parte de mi vida a la complejidad técnica y emocional del metal extremo, la irrupción de la Inteligencia Artificial (IA) en el proceso creativo me provoca una mezcla de fascinación y profunda inquietud. No estamos hablando de samples pregrabados o secuenciadores MIDI; estamos hablando de algoritmos capaces de componer, orquestar y masterizar con una velocidad y precisión sobrehumanas.

La pregunta que resuena en cada ensayo y en cada foro underground es: ¿Podría una IA escribir un riff de Death Metal convincente o un blast beat que transmita la furia de una banda humana? Mi análisis es que la IA no solo puede imitar el metal extremo, sino que está a punto de revolucionar la composición, aunque el alma del género seguirá siendo un reducto humano.

I. Composición algorítmica: El blast beat a 1000 BPM

El metal extremo, con su dependencia de la velocidad, la repetición y las estructuras rítmicas complejas, presenta un terreno ideal para la experimentación con IA.

  1. La síntesis de la velocidad y la disrupción

El Death Metal y el Grindcore se basan en la superposición de patrones: blast beats a altas velocidades (a menudo superando los 250 BPM), riffs disonantes y estructuras vocales guturales y rasgadas.

  • El músculo de la IA: Una IA generativa entrenada con miles de horas de Death Metal (pensemos en la discografía completa de Suffocation, Cryptopsy o Nile) puede identificar y replicar los patrones algorítmicos subyacentes: la alternancia de tremolo picking, los cambios de métrica inesperados y las disonancias cromáticas. Ya existen modelos capaces de generar secuencias de riffs técnicos ad infinitum. El desafío no es la técnica, sino la intención.

  • El blast beat perfecto: Las IA pueden generar blast beats impecables y a velocidades inhumanas (teóricamente, hasta 1000 BPM, superando el Gravity Blast humano). La IA se convierte en el «batería perfecto» que nunca se cansa ni comete errores. Esto ya se observa en herramientas de programación de batería avanzadas que se nutren de la IA para generar variaciones realistas.

    2. La Orquestación neoclásica: Un asunto de datos

Bandas de Death Metal Sinfónico como Fleshgod Apocalypse o Septicflesh exigen una composición extremadamente compleja que entrelaza la brutalidad del metal con la estructura sinfónica.

  • Oportunidad: Aquí, la IA brilla. Entrenada con la armonía barroca (Bach, Vivaldi) y las técnicas de orquestación de la era romántica, una IA puede generar contrapuntos, leitmotifs y arreglos orquestales para acompañar los riffs con una velocidad que un compositor humano tardaría meses en lograr. La IA puede gestionar la complejidad de una orquesta de 60 piezas con la misma facilidad que maneja un riffde tres notas.

II. La intervención de la IA en la producción y la estética visual

La influencia de la IA va más allá de la composición, adentrándose en el estudio de grabación y el arte de los álbumes.

  1. Producción y masterización «A lo Black Metal»

El sonido del Black Metal se basa en una producción intencionalmente lo-fi (baja fidelidad), con exceso de treble y mínima dinámica (como en Darkthrone o Mayhem).

  • Oportunidad: Una IA podría ser entrenada para recrear cualquier sonido de estudio histórico. Un músico podría pedir a la IA: «Masteriza este Death Metal como si hubiera sido grabado en una grabadora de cuatro pistas en un sótano noruego en 1993». La IA podría aplicar los presets de compresión y ecualización exactos para lograr ese sonido nostálgico. Esto democratiza la producción especializada.

  1. El Arte visual y la estética del horror

La imaginería grotesca, satánica o cósmica es fundamental para el género.

  • Ejemplos: Las herramientas de IA generativa (como Midjourney o Dall-E) ya están siendo utilizadas para crear portadas de álbumes Death Metal hiperrealistas o arte de Black Metal atmosférico y desolador. Esto permite a las bandas underground con poco presupuesto acceder a arte de alta calidad que antes solo estaba disponible a través de ilustradores profesionales.

III. El Factor humano: ¿Dónde reside el alma del metal?

A pesar de todas las oportunidades técnicas que ofrece la IA, soy un firme creyente de que la esencia del metal extremo seguirá siendo un reducto humano.

  1. La ira y el caos: El metal extremo nace de la emoción cruda —la rabia, la misantropía, la desesperación existencial—. La IA puede imitar la estructura de un riff de protesta, pero no puede experimentar la opresión social o el dolor que lo motivó. La imperfección humana, el timing ligeramente errático de un batería o el feedback inesperado en un concierto, son componentes vitales de la catarsis del metal.

  2. El contexto ideológico: Bandas de Black Metal con fuertes raíces ideológicas (pensemos en Watain o Mgła) usan su música para transmitir una filosofía de vida. Una IA no tiene moral, no tiene creencias y no ha quemado iglesias (más allá de la metáfora). El fan del metal underground valora esta autenticidad biográfica por encima de la perfección técnica.

La IA es una herramienta revolucionaria para la composición, la producción y la experimentación en el metal extremo. Nos permitirá generar riffs complejos, orquestaciones masivas y blast beats perfectos. Sin embargo, no la veo como una amenaza, sino como un nuevo instrumento. El desafío para el artista humano no será competir en velocidad, sino en significado. La IA nos obligará a recordar que, en un género obsesionado con la Muerte y el Caos, lo que realmente vendemos es vida, pasión e intención. El metal extremo del futuro será el que sepa usar el autómata sin perder el alma.


As someone who has dedicated a large part of my life to the technical and emotional complexity of extreme metal, the emergence of Artificial Intelligence (AI) in the creative process causes me a mixture of fascination and deep apprehension. We are not talking about pre-recorded samples or MIDI sequencers; we are talking about algorithms capable of composing, orchestrating, and mastering with superhuman speed and precision.

The question resonating in every rehearsal and every underground forum is: Could an AI write a convincing Death Metal riff or a blast beat that conveys the fury of a human band? My analysis is that AI can not only imitate extreme metal but is on the verge of revolutionizing composition, although the soul of the genre will remain a human stronghold.

I. Algorithmic Composition: The Blast Beat at 1000 BPM

Extreme metal, with its reliance on speed, repetition, and complex rhythmic structures, presents an ideal terrain for AI experimentation.

  1. The Synthesis of Speed and Disruption

Death Metal and Grindcore are built on the superposition of patterns: blast beats at high speeds (often exceeding 250 BPM), dissonant riffs, and guttural, raspy vocal structures.

  • The AI Muscle: A generative AI trained on thousands of hours of Death Metal (think the complete discographies of Suffocation, Cryptopsy, or Nile) can identify and replicate the underlying algorithmic patterns: the alternation of tremolo picking, unexpected meter changes, and chromatic dissonances. Models capable of generating technical riff sequences ad infinitum already exist. The challenge is not the technique, but the intention.

  • The Perfect Blast Beat: AIs can generate flawless blast beats at inhuman speeds (theoretically, up to 1000 BPM, surpassing the human Gravity Blast). The AI becomes the «perfect drummer» who never tires or makes mistakes. This is already observed in advanced drum programming tools that rely on AI to generate realistic variations.

  1. Neoclassical Orchestration: A Matter of Data

Symphonic Death Metal bands like Fleshgod Apocalypse or Septicflesh demand extremely complex composition that interweaves metal brutality with symphonic structure.

  • Opportunity: This is where AI shines. Trained on Baroque harmony (Bach, Vivaldi) and the orchestration techniques of the Romantic era, an AI can generate counterpoints, leitmotifs, and orchestral arrangements to accompany the riffs with a speed that would take a human composer months to achieve. The AI can manage the complexity of a 60-piece orchestra with the same ease it handles a three-note riff.

II. AI Intervention in Production and Visual Aesthetics

AI’s influence extends beyond composition, entering the recording studio and album art.

  1. «Black Metal Style» Production and Mastering

Black Metal sound relies on intentionally lo-fi (low fidelity) production, with excessive treble and minimal dynamics (as in Darkthrone or Mayhem).

  • Opportunity: An AI could be trained to recreate any historical studio sound. A musician could ask the AI: «Master this Death Metal as if it were recorded on a four-track recorder in a Norwegian basement in 1993.» The AI could apply the exact compression and equalization presets to achieve that nostalgic sound. This democratizes specialized production.

  1. Visual Art and the Aesthetics of Horror

Grotesque, Satanic, or cosmic imagery is fundamental to the genre.

  • Examples: Generative AI tools (like Midjourney or Dall-E) are already being used to create hyper-realistic Death Metal album covers or desolate, atmospheric Black Metal art. This allows low-budget underground bands to access high-quality art that was previously only available through professional illustrators.

III. The Human Factor: Where Does the Soul of Metal Reside?

Despite all the technical opportunities offered by AI, I am a firm believer that the essence of extreme metal will remain a human stronghold.

  • Anger and Chaos: Extreme metal is born from raw emotion—rage, misanthropy, existential despair. AI can imitate the structure of a protest riff, but it cannot experience the social oppression or pain that motivated it. Human imperfection, the slightly erratic timing of a drummer, or unexpected feedback at a concert, are vital components of metal’s catharsis.

  • Ideological Context: Black Metal bands with strong ideological roots (think Watain or Mgła) use their music to convey a philosophy of life. An AI has no morals, no beliefs, and has not burned churches (beyond metaphor). The underground metal fan values this biographical authenticity above technical perfection.

AI is a revolutionary tool for composition, production, and experimentation in extreme metal. It will allow us to generate complex riffs, massive orchestrations, and perfect blast beats. However, I do not see it as a threat, but as a new instrument. The challenge for the human artist will not be to compete in speed, but in meaning. AI will force us to remember that, in a genre obsessed with Death and Chaos, what we are really selling is life, passion, and intent. The extreme metal of the future will be the one that knows how to use the automaton without losing the soul.


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