Revista Historia
Cuando la Unión Soviética nació en 1917, la mayor parte del mundo estaba colonizada por los EU, Gran Bretaña, Francia, Holanda, Bélgica, España, etc. Pero la existencia de un gran Estado socialista cambió la relación de fuerzas en el mundo. Esto pasó en gran parte porque la revolución bolchevique, como rival social y económico del imperialismo occidental, brindó el espacio para que esos países ganaran la independencia.
En el Congreso de Bakú de 1918, organizado por los líderes de la revolución rusa, Lenin renunció a todos los tratados imperialistas y llamó a la liberación de las colonias.
Los bolcheviques apoyaron incondicionalmente el derecho de todas las naciones a la independencia. aun cuando no estuvieron en capacidad de brindar ayuda material sino mucho después. La línea política sobre el derecho a la autodeterminación, seguida por el gobierno soviético y la Internacional Comunista tuvo un impacto tremendo sobre los países oprimidos.
Después de eso, el pueblo de Iraq se alzó contra los británicos. Hubo levantamientos anticoloniales en todo el mundo, incluyendo Corea en 1919. Esas luchas estuvieron inspiradas por la existencia de un nuevo Estado contrario al imperialismo y al colonialismo.
Los soviets, o concejos obreros, se formaron en Cuba en esa época y se crearon partidos comunistas en todos los países oprimidos: en Sudáfrica, India, Indochina ocupada por los franceses, Indonesia dominada por los holandeses, Sudán, Iraq, etc. En el primer congreso de la Internacional Comunista, se adoptó la consigna: "Trabajadores y pueblos oprimidos del mundo, uníos".
Tras la Segunda Guerra Mundial, la Unión Soviética se volvió mucho más fuerte y pudo brindar más ayuda a los movimientos revolucionarios del sureste asiático y Corea. El surgimiento del país como potencia militar evitó que los EU y otros imperialistas dominaran el mundo. El temor al comunismo estuvo, de hecho, detrás de algunas medidas de descolonialización tomadas por ellos. Los imperialistas se sentían presionados a permitir la independencia de las naciones africanas debido a las luchas anticoloniales, pero tratarían de reemplazar el colonialismo con el neocolonialismo.
Cuando aparecieron los primeros regímenes postcoloniales en África, el Medio Oriente y Asia, la Unión Soviética les dió importante ayuda militar y apoyo material incluso a regímenes burgueses como el de Nasser en Egipto, y en Ghana, donde Nkrumah se hizo comunista pero el Estado no.
Esto permitió que esos países llevaran a cabo algunas políticas de desarrollo independientes, que no hubieran sido posibles dentro del mercado capitalista mundial. Así fue en países socialistas como Corea del Norte, Vietnam del Norte y Cuba en los años 60, pero también en regímenes democráticos burgueses como Egipto e India, Ghana y el Congo, todos los cuales habían ganado una independencia formal frente al imperialismo. Por primera vez pudieron comerciar en términos más equitativos debido a la naturaleza socialista de la economía soviética sin estar sujetos a los ciclos de las crisis del sistema capitalista.
El imperialismo y el capital monopolista impide incluso el desarrollo capitalista de los países oprimidos, pero la existencia de la Unión Soviética, Europa Oriental y China le dio más espacio a esos países para desarrollarse.
La Unión Soviética, por ejemplo, construyó la primera planta de acero en la India, que fue de propiedad del gobierno indio. Allí incluso se desarrolló una fuerte clase capitalista basada en la relación de la India con la URSS. No tenían que pedir limosnas al Fondo Monetario Internacional.
La Unión Soviética también dio ayuda militar. Cuando la Gran Bretaña, Francia e Israel invadieron Egipto en 1956, los soviéticos ayudaron a la nación agredida. Incluso enviaron tropas a Iraq a defender la revolución de Kassem después de que EU amenazó con una invasión contrarrevolucionaria. Libia, Iraq, Siria y Ghana también recibieron importante asistencia militar. Cuba pudo sobrevivir gracias a su relación militar y económica con la URSS. La ayuda militar soviética tuvo su mayor impacto en relación con las luchas de liberación nacional en Cuba, Vietnam, Corea, Angola y Namibia.
Algunos han criticado a la Unión Soviética por apoyar gobiernos capitalistas en países oprimidos en vez de trabajar con las fuerzas revolucionarias. Pero el punto más importante es que la URSS no operaba con criterio imperialista. La Unión Soviética y el campo socialista no tenían interés en impedir el desarrollo de ninguna parte dle mundo. Les interesaba promover el crecimiento de las fuerzas productivas en todas partes. Los capitalistas de EU, Gran Bretaña y Francia se oponían a esto porque no desean que existan competidores.
Patricio Lumumba del Congo fue asesinado porque EU alegaba que él quería trabajar con la Unión Soviética. Lumumba básicamenta había pedido asistencia económica de ese país. En 1962 se fundó en Moscú la Universidad Patricio Lumumba para estudiantes del llamado Tercer Mundo. A millones de estudiantes se les dio educación gratuita en ingeniería, agricultura y otras disciplinas.
Esto no era solamente altruismo de la dirección soviética, pues, incluso en los últimos años, el desarrollo de las fuerzas productivas en todo el mundo era su interés material.
El colapso de la Unión Soviética tuvo un impacto económico devastador en los países que habáin recibido su ayuda y asistencia.
Para Cuba esto significó un periodo especial de austeridad. Vietnam fue obligado a apoyarse en el capital occidental. Para la India esto significó la apertura a las medidas del FMI y la Organización Mundial del Comercio: privatización de las industrias del Estado, reducción de plantas laborales, recorte a los beneficios sociales, disminución de los subsidios, etc. En Centroamérica el movimiento armado de liberación se vio obligado a pactar con la oligarquía y el imperialismo.
Unos 90 países han sido obligados a aceptar programas de ajuste estructural en los últimos 10 años por las fuerzas de la globalización capitalista. Como resultado, ha habido un impresionante aumento de la pobreza, especialmente en África y Asia.
Por: Pat Chin
Traducción de David Moreno