El Imparcial Madrid: mucho más que una cara bonita

Lo reconozco. Me he enamorado perdidamente de El Imparcial Madrid. Y me criticaréis. “¡Qué obvio!”, diréis, “si es el próximo restaurante de moda, tan bonito, tan bien puesto. Seguro que es todo fachada”, me espetaréis. Pero eso es lo que se ve sólo desde la superficie. Nada es obvio en este novísimo restaurante entre el Rastro y Lavapiés porque su proyecto cultural y gastronómico va más allá. Con una idea que vertebra el movimiento: puro amor por Madrid.

El Imparcial Madrid impacta en un primer vistazo. Provoca una mezcla de atracción, extrañeza y rechazo, al principio, con la preciosa decoración de Madrid in Love generando un espacio único, pulido y contemporáneo. Quizá no debería estar en la calle Duque de Alba, bisagra y pasillo entre Lavapiés y el Rastro, Sol y La Latina. El edificio fue la última sede del diario El Imparcial, desaparecido en 1933 y la reforma mantiene intactos elementos históricos. Habitaciones íntimas,

impactante papel pintado y en un rincón, una tienda llena de “artefactos culturales” que entran por los ojos como un imán. ¿No debería pertenecer a otro barrio este restaurante?

¿Y por qué? “Estamos cómodos en esta bisagra, hemos abierto un chiringuito en el pasillo”, me cuenta Daniel Fernández-Cañadas, periodista y uno de los socios del proyecto. “El Imparcial Madrid está pensado para atraer a todo tipo de público, a los que piensan que no pueden salir del barrio de Salamanca y a los vecinos, que ven que han recuperado para bien un espacio perdido hace muchos años. Queremos tener una oferta adecuada para todos en un barrio que fue el germen de la movida”, asegura. “Queremos crear un lugar donde pasen cosas, donde se cierren acuerdos o se hagan confidencias, que haya ruidos y susurros, música y que Madrid salga ganando”, señala. “Queríamos salir de esa queja continua de que estas cosas no pasan en Madrid. Vamos a hacer que pasen”, me explica.

El Imparcial Madrid tiene tres dimensiones: restaurante, tienda y espacio cultural. El proyecto está ideado por cinco socios enamorados de Madrid que han volcado sus pasiones personales en El Imparcial, generando un cóctel de lo más atractivo. Por un lado, están los hosteleros Nacho de Padrón, Cristina Rodríguez y Marie Camissa, responsables de proyectos tan exitosos como Maricastaña o Dray Martina. Y por otro, el periodista Daniel Fernández-Cañadas y la filósofa y politóloga Laura Suárez. La mezcla de personalidades y pasiones es el origen de un espacio tan completo.

Antes de la entrevista, engaño a una amiga para que coma conmigo aquí. Lo reconozco, no me fío. Pero me equivoco. Comemos muy bien y a buen precio, eligiendo de una carta que bebe de distintas fuentes internacionales y castizas madrileñas. El servicio, amabilísimo y muy cercano, nos aconseja, nos escucha y nos saca una sonrisa. “La oferta gastronómica quiere recuperar las cosas bien hechas”, cuenta Dani. Con influencias de muchos sitios (el jefe de cocina nació en California y ha trabajado por todo el mundo), la columna vertebral es “la contundencia del producto, su honestidad, que estén hechas como debe de ser”.

Patatas bravas (sin tomate en la salsa) o croquetas de rabo de toro, bocadillo de calamares o tacos de cochinita pibil, ensaladas, tartares y sashimi de salmón (muy bueno), carnes y pescados en donde prima la temporada y una selección de hamburguesas, con una carne excelente, y de pizzas muy trabajadas para que sea fácil invitar a cualquiera a acompañarte al Imparcial. “Las relaciones que se generan en los bares y restaurantes de Madrid son únicas, no pasan en ninguna otra ciudad. Hay que cuidar esos vínculos”, señala Dani.

Y para fomentar aún más que pasen cosas, el Imparcial va a contar con una fuerte programación de actividades, que apoya la selección de productos culturales que tienen en la tienda. Todo entra por los ojos porque la apuesta es por lo visual. Diseño y fotografía en ediciones cuidadas de Belleza Infinita, Dalpine, Mack, Phree (del colectivo Blankpaper y NoPhoto), traídas de muchas partes del mundo o apoyando a las nuevas revistas, editoriales y diseñadores españoles “con proyectos de calidad, muy trabajados” que hay ya en marcha. “Queremos darles la alternativa” a los emergentes, señala. Las actividades permitirán acercar aún más ese mundo editorial independiente, con encuentros, presentaciones o charlas.

Me marcho de El Imparcial Madrid, feliz de haberme equivocado y de haber encontrado un sitio delicioso en este barrio. “La estética es importante pero si es honesta, si el exterior es reflejo del interior, es una bendición”, me dice Dani. Sube la escalera, corre, que ya están pasando cosas.

Los datos: El Imparcial Madrid. Calle Duque de Alba, 4. 91 79 58 986. Horario: de lunes a miércoles, de 9 de la mañana a 01h. De jueves a domingo, hasta las 02h. La cocina no cierra aunque no siempre esté disponible la carta completa. Precio medio: 25-30€. No dejes de entrar en su web, que es como el cuarto espacio. Todo lo que pasa aquí está online.

Fotos: Lucía M Photography