Revista Opinión
El Imperio actúa tal como es su obligación de gran gendarme del mundo y los demás o se abstienen o colaboran, como está mandado.
Publicado el 01 abril 2011 por RomanasYo no sé si es optimismo o imbecilidad pero nos estamos negando a aceptar las lecciones que nos da la historia.
Tal vez China sea demasiado marxista, quiero decir que quizá está creyendo demasiado en el axioma de Marx que afirma que todo es economía y esto a lo mejor fue así hasta que se inventó la bomba atómica.Los Usa han dicho ya varias veces que son ellos los que realmente gobiernan al mundo, vayan como vayan las finanzas.Pero parece que la milenaria sabiduría china tiene otro concepto: dame el poder económico del universo y yo te dejaré que aparentemente lo gobiernes.Y el problema es averiguar ciertamente cuál de los dos tiene razón.Por ahora, el Príncipe, Nobel, de la Paz hace lo que quiere: sitúa cabezas de puente en el corazón de Asia y en el Norte de Africa, declara la guerra a quien le apetece y el resto del mundo sólo dice “Amén”.Obama, ese falso mestizo, está ganando todas las batallas, la bélica, la geoestratégica y la diplomática. Está cumpliendo a rajatabla con su auténtica misión: que no se mueva el ala de una mariposa sin su consentimiento y China y Rusia se abstienen en la votación del Consejo de Seguridad de la Onu, que establecía una nueva doctrina sobre la injerencia del Imperio en cualquier parte del mundo con cualquier pretexto.Y el Imperio, Nobel de la Paz mediante, ha situado sus portaviones en donde le apetece para que el mundo sepa quién manda realmente aquí.Pero era innecesario porque el mundo ya lo sabía. Cuando a Reagan le plugo bombardeó el palacio residencial de Gadafi y mató a una de sus hijas, que era demasiado joven para saber de qué iba, pero el padre debió de aprenderlo para siempre.El Imperio es el Imperio y no es una tautología sino una auténtica definición, el que posee el poder no tiene más remedio que utilizarlo para que no se degrade, para que no desfallezca, los músculos hay que ejercitarlos para que no se entumezcan, para que no se atrofien.Es precisamente por eso que, de vez en cuando, el Imperio saca a pasear por los océanos a toda su flota pero el simple paseo es un ejercicio menor que no muestra en todo su esplendor el inmenso poderío que tal instrumento encierra, de cuando en cuando, las maniobras hay que realizar no sólo con fuego real sino que también hay que mostrarle al mundo el color de la sangre.Yo no sé realmente si Rusia y China han comprendido ya su error: no puede uno abstenerse cuando está en juego la legitimidad de una invasión en un terreno que teóricamente es neutral, pero que, en realidad, es el teatro en que se realizan los ensayos de la gran obra en ciernes: el dominio de Africa.La resolución 1.973 de la Onu no es en absoluto inane, todo lo contrario, crea la necesaria jurisprudencia para que la próxima vez ni siquiera haya que convocar una asamblea general que legitime una invasión porque actuará automáticamente el imperio de los precedentes. O sea que el Gran Gendarme, el Tío Sam, podrá actuar preventivamente contra el Estado teóricamente delincuente y pedir, luego, muy "a posteriori", como hizo con la invasión de Irak, que la Comunidad internacional legitime lo que no tiene otro remedio que aprobar.Y es que, como decía Summer Maine, la historia se mueve con una enorme lentitud pero sus movimientos son realmente irreversibles.