Traducción: Isabel MurilloAño: 2017ISBN: 978-84-0816-935-2Nº de páginas: 240
Comprar el libro
Gracias a Boolino y a la editorial Planeta he tenido la oportunidad de leer El imprevisto caso del chico en la pecera, un libro que en otras condiciones yo no habría seleccionado, ya que el género juvenil lo tengo bastante abandonado, perdiéndome una entretenidísima lectura con la que ya os adelanto que he disfrutado mucho.
El imprevisto caso del chico en la pecera tiene por protagonista a Matthew Corbin, un chico de doce años que vive prácticamente recluido en su habitación al sentir un pánico atroz a los gérmenes. Matthew está convencido de que el mínimo roce con otras personas, animales o cosas puede contagiarlo y enfermar, por lo que está obsesionado con la limpieza y la desinfección, optando por vivir encerrado en su cuarto, único lugar que puede mantener bajo control en lo que a contaminación se refiere. Allí se pasa las horas observando a través de la ventana lo que ocurre en el barrio en el que reside y las rutinas que siguen sus vecinos, hasta que un día suceda algo inesperado: el pequeño Teddy, de tan solo quince meses y nieto de su vecino, ha desaparecido. Matthew es la persona que vio al niño por última vez, por lo que empleando su capacidad de deducción y sus dotes de observación, se propondrá averiguar lo que ha sucedido con el pequeño. Sin embargo investigar desde su habitación no es tan sencillo como creía, por lo que se verá obligado a considerar la opción de salir al exterior.
¿Logrará Matthew superar sus fobias y atreverse a salir de su cuarto para resolver el misterio? Para conocer la respuesta tendréis que leer "El imprevisto caso del chico en la pecera", una novela muy entretenida cuyo protagonista me ha recordado al de otros libros como El curioso incidente del perro a medianoche o La luna no está. Comencé a leerlo sin esperar demasiado de él, únicamente una lectura ligera que no me requiriese mucho esfuerzo, pero ya desde los primeros capítulos Matthew consiguió despertar mi simpatía y poco a poco me fui involucrando tanto en sus problemas como en la investigación, resultando un libro con el que he disfrutado mucho más de lo que creía.
Lisa Thompson estructura su novela en treinta y ocho capítulos que en general tienen una extensión corta. En todos ellos es Matthew el narrador, nos va relatando sus vivencias e intercalados vamos a encontrar tanto anotaciones que hace en su cuaderno como la reproducción de los emails que escribe y recibe. Es un libro que se lee con mucha facilidad pues al ser una novela orientada a un público juvenil, el estilo en el que está escrito es ágil, claro y sencillo, incluyendo abundantes diálogos y predominando un ritmo fluido que viene marcado tanto por la forma de escribir de la autora como los misterios que encierra su argumento.
Siendo Matthew el narrador, toda la historia gira en torno a él. En un primer momento vamos a descubrir a un extraño joven que vive encerrado en su habitación y obsesionado con los gérmenes y la desinfección. Poco a poco, a través de lo que nos va contando, iremos conociéndole mejor y dándonos cuenta de que en realidad Matthew tiene un grave problema al que no quiere hacer frente. Y es que Matthew se siente culpable desde que su madre perdiese al bebé que esperaba, y la limpieza es el instrumento con el que intenta frenar ese sentimiento que le oprime y angustia. Es un niño que se va a ganar nuestro aprecio y cariño, con el que es fácil empatizar y sentir cierta tristeza por todo lo que está viviendo, deseando poder ayudarle de alguna manera.
A través del relato de Matthew vamos a conocer a un amplio elenco de secundarios que conforman el vecindario en el que él reside, una tranquila calle sin salida en la que se ubican un total de siete casas. El señor Charles, que recibirá la visita de sus nietos Teddy y Casey; Gordon y Penny Sullivan; Melody Bird y su madre Claudia; el señor Jenkins y su mujer Hannah; la vieja Nina y Jake Bishop y su familia, son las personas que conforman el vecindario, todos ellos diferentes entre sí y con sus propias particularidades. Cada uno alberga sus propios secretos que irán quedando desvelados paulatinamente, ayudándonos así a completar el perfil de todas estas figuras, entre las que algunos nombres destacan más que otros en función de la relación que mantienen con el protagonista.
El imprevisto caso del chico en la pecera tiene la peculiaridad de recoger una historia ligera y entretenida con la que sin duda los más jóvenes van a disfrutar, lanzando al mismo tiempo un mensaje sobre el valor de la familia y los amigos. Y más allá de esto, es un libro que también nos acerca a la enfermedad del Trastorno Obsesivo Compulsivo, exponiendo cómo afecta a la persona que lo sufre y cómo es la convivencia con el enfermo. Me ha parecido por parte de la autora muy acertada la combinación que ha realizado entre todos estos elementos, ya que aunque sabemos que el TOC es el tema central, el foco de atención lo pone en la investigación de Matthew, consiguiendo así que la lectura vaya ganando en interés gracias a los giros argumentales y al buen mantenimiento del suspense en torno a la desaparición del pequeño Teddy. Además también incluye escenas cargadas de humor que sirven para aligerar un tanto determinadas situaciones.
En definitiva, El imprevisto caso del chico en la pecera ha resultado una lectura muy agradable con la que creo que cualquiera puede disfrutar a pesar de estar orientada a un público más juvenil. Una historia que nos invita a participar en la resolución de un misterioso caso de desaparición, y que al mismo tiempo nos acerca de una forma amable y ligera a la enfermedad del Trastorno Obsesivo Compulsivo.
Puedes Comprar el libro en Boolino