“Es utópico pretender que vivamos en un sistema que parece que no funciona si no crece a un 3% anual. Es utópico el modelo de crecimiento ilimitado porque es imposible.“ Joaquín Araújo – Naturalista español
Los controles de la situación actual son muy complejos de manejar
A raíz del post con vídeos interesantes sobre el agotamiento de los recursos, un lector, a través de los comentarios, me preguntó que cuál era mi postura. En uno de ellos se explicaba en qué consiste el pico de los recursos, y otros dos eran charlas de TED, una de Peter Diamantidis, y otra de Poul Gilding.
La de Peter era 100% optimista. No habrá problema porque la tecnología lo superará todo. Somos cada vez más y cada vez más listos colectivamente. Tenemos acceso a más información, a mejor salud, hay menos violencia, globalmente la brecha entre ricos y pobres se acorta, y hasta los Masai tienen móviles de última generación.
La visión de Gilding era más pesimista. El mundo está agotando los recursos, pronto nos veremos abocados a una escasez sin precedentes, y esto conllevará una crisis si no hacemos algo a tiempo. Más o menos una especie de futuro apocalíptico como el que nos mostraban las películas de MadMax, sin petróleo, y casi volviendo a la prehistoria.
¿Con qué visión nos quedamos? Lo cómodo sería decir que ni tanto ni tan calvo, pero en este caso no puede haber términos medios. Me explico.
O somos capaces de dejar de depender de los combustibles fósiles y reducir dramáticamente nuestras emisiones de CO2 o nuestros hijos se van a acordar de nosotros para mal, toda su vida.
Vamos con mis objeciones a la visión de Diamantidis. Según su charla, parece que los únicos problemas que tiene el mundo para seguir con su ritmo exponencial de crecimiento son la escasez de energía y de agua. Según su visión, estos no suponen ningún problema porque tenemos una fuente inmensa de energía inagotable, el Sol. Es cierto, el Sol seguirá mucho tiempo después de que nos hayamos extinguido como especie irradiando energía. La cuestión es si seremos capaces de aprovecharla. Peter, comentaba una charla que había tenido con un investigador, sobre unas nuevas células solares que mejoraban mucho el rendimiento, y eran capaces de aprovechar mejor la energía solar. Según su visión, problema resuelto. Es todo lo que tenemos que esperar, mejor tecnología.
Sin embargo esta postura, deja sin tocar muchos aspectos clave. ¿De qué materiales están hechas estas placas solares? ¿Qué energía es necesario invertir en la construcción de las mismas? ¿Cuánta tecnología hay que usar? ¿Cómo aprovechar un recurso que solo da energía en determinadas circunstancias climáticas? Pocos caemos en la cuenta de hacernos estas preguntas cuando nos presentan un nuevo descubrimiento. Para que algo llegue a ser de uso masivo y realizable, debe responder positivamente a todas estas preguntas. Diamantidis, las obvia. Por supuesto, una vez resuelto el problema de la energía ilimitada, el problema del agua, según el, tendría solución inmediata. Ya que la Tierra es un inmenso océano, no hay nada que limite la conversión de agua salada en dulce. Es cierto, pero ¿y la distribución? ¿Y los materiales de las tuberías? ¿Cuál sería el posible impacto de más agua dulce en los ecosistemas?
Vamos con la visión de Gilding. Apocalíptica, la que nadie quiere escuchar, y la que descartamos como imposible por defecto. Es fácil pensar, “otro catastrofista más”, “el típico paranoico”. Es cierto que la historia está llena de agoreros de malas noticias, a los que el tiempo les ha ido quitando la razón. Pero no es menos cierto, que han habido otros muchos que han acertado. ¿A quién creer y cómo detectar los buenos profetas de los malos? Difícil saberlo. Gilding, creo que no toma en cuenta algunos factores. Por ejemplo, que una vez que lleguemos a los 9000 millones de personas, allá por el 2050, la población mundial empezará a decrecer, y no habrá nada sensato que podamos hacer para evitarlo. Digo sensato, porque la única solución serían fecundaciones o clonaciones masivas de nuevos humanos, o forzar a miles de mujeres a tener 5-6 hijos. Ninguna de las alternativas es viable, espero. Creo que cada vez, nuestro consumo de recursos será más limitado por diversas circunstancias. Es decir, todos los modelos predicen basándose en nuestro ritmo de consumo actual, pero me da la impresión que esto no será así, y que los efectos secundarios de este menor ritmo de consumo, son difíciles de calcular.
La cuestión real es, ¿dado nuestro ACTUAL e INMEDIATAMENTE FUTURO consumo de recursos y energía, seremos capaces de hacer una transición suave a este nuevo escenario 100% renovable e ilimitado? Esa es la pregunta y los escenarios que nos tenemos que plantear.
Mi impresión es que nos vamos a llevar una desagradable sorpresa, y que la actual crisis es el primer síntoma. A diferencia de las crisis del capitalismo de principio de siglo, que acabaron, de una forma u otra en guerras, en aquel entonces el potencial de crecimiento y recuperación era casi infinito. Ni los recursos, ni los ecosistemas, ni las fuentes de energía estaban en los niveles de uso que tenemos ahora. El crecimiento para reconstruir el mundo, y generar un mayor bienestar era posible. Ahora mismo tengo mis dudas.
Luego está el problema político. No encontraréis casi ningún político que os diga, “Lo siento, todo parece indicar que vamos a vivir mucho peor, que estamos agotando los recursos y tenemos que pasar por un periodo de transición. Por ello, desde hoy mismo, toda la energía y materiales que importemos serán priorizados hacia tareas de investigación y desarrollo para estar preparados para esa transición” ¿Os imagináis las protestas?
Ningún político que pueda llegar a gobernar, pondrá en marcha un plan tan arriesgado y ambicioso y menos si espera ser re-elegido en 4 años. Además, ¿y si no se cumplen las previsiones? Es más, ¿y si solo se plantea en un país? Sus ciudadanos emigrarían de forma masiva a otro, en el que no tuvieran estas limitaciones.
Sea como sea el escenario que se plantea, si las previsiones son ciertas, va a ser muy feo, porque no estamos haciendo nada ni como sociedades, ni como personas para prepararnos para lo peor. Y siempre hay que pensar en el peor escenario posible.