
VOX acaba de reafirmar por escrito su firme compromiso con la eliminación del Impuesto de Sucesiones y ha aclarado ante la asociación Stop Impuesto Sucesiones y la Federación Nacional Contra el Impuesto de Sucesiones (FENCIS) que las dudas que surgieron en días pasados fueron solo confusiones y malentendidos.
VOX se compromete en firme a suprimir el impuesto para los grupos 1,2 y 3, lo que equivale a exonerar a los cónyuges, hijos, nietos, hermanos, tíos y sobrinos y así lo ha plasmado en su programa electoral.
El impuesto de Sucesiones se ha convertido en uno de los símbolos más evidentes de la lucha a cuchillo entre la derecha y la izquierda en España. La derecha pretende una economía de inspiración liberal que se traduce en impuestos bajos, un Estado disminuido y todo el dinero posible en manos de la ciudadanía y las empresas, un sistema que produce progreso y riqueza en todo el mundo.
Por su parte, la izquierda española, radicalizada y obsesiona por gestionar un Estado fuerte y poderoso que a ellos les convierta en los amos, tiene que subir los impuestos para sustentar el enorme Estado y su poder. El problema es que ese sistema genera pobreza, frena el verdadero progreso y limita también las libertades de los ciudadanos, que terminan sintiéndose aplastados.
El Impuesto de Sucesiones, el más odiado y rechazado de todos los tributos vigentes en España, se ha convertido en una de las principales trincheras de la lucha entre las derechas y las izquierdas en España, donde en enfrentamiento entre las derechas y las izquierdas es de una virulencia preocupante, por culpa del liderazgo de Pedro Sánchez en el PSOE, un partido que renunció al marxismo en tiempos de Felipe González, pero que ahora se ha convertido en el refugio preferido de los comunistas camuflados que quieren imponer en España un socialismo que, según dicen, está adaptado al siglo XXI y ya no produce la miseria y el fracaso que el comunismo ha creado en Cuba, Venezuela y otros países.
Detrás de la lucha en torno a las herencias se oculta dos concepciones opuestas del mundo, la de las izquierdas, que quieren un Estado fuerte que se imponga al ciudadano y la sociedad, y la de las derechas, que quieren que la libertad de los ciudadanos y de la sociedad sean la clave del sistema y se impongan a un Estado que debe ser más pequeño y menos intervencionista.
Francisco Rubiales Moreno