Se cumple este 16 de agosto, 231 años de una de las fechas más trágicas que se recuerdan en Madrid. Aquel día de verano de 1790 se desató un pavoroso incendio en la Plaza Mayor de la capital que cambiaría para siempre su fisionomía. No era la primera vez que este recinto se las tenía que ver con las llamas, pero sí que fue la más grave de todas. Los anteriores fuegos tuvieron lugar en 1631 y 1672. A continuación os dejo varios datos para que os hagáis a la idea de cómo fueron aquellas dramáticas horas para Madrid.
-La tragedia se originó en la tienda de un mercader ubicada en el Portal de Paños. Los madrileños de toda condición social asistieron atónitos a la debacle. Los depósitos de agua situados bajo la Plaza Mayor estaban vacíos y poco se puedo hacer para frenar unas llamas que se prolongaron durante nueve días.
-El incendio se prolongó durante 9 días y tras él, algo más de 1.300 personas se quedaron sin hogar.
-Las llamas acabaron con muchas construcciones, ya que muchas tenían estructura de madera. Solamente se salvó un tercio de los edificios de la Plaza. Una de las que sobrevivió fue la Casa de la Panadería.
-Como medida de emergencia se optó por derribar los edificios colindantes para que sirviesen de cortafuegos y que así las llamas no se propagasen por la ciudad.
-Fue tal la desesperación de las autoridades y de los madrileños que incluso optaron por llevar a la Plaza Mayor los restos de San Isidro para ver si, a través de un milagro, terminaba con las llamas.
-Tras sofocar el fuego, será el arquitecto Juan de Villanueva, quien lleva a cabo la reforma de la Plaza Mayor, cerrándola, dándole simetría y el aspecto que ahora mismo todos conocemos.
Foto de la entrada de Memoria de Madrid