En Camerún ya lo saben. Acusan a Javier Clemente de tener prisa por volver a España después de su último partido con la selección, en vez de quedarse en la capital del país preparando reuniones de autocrítica tras el empate cosechado frente a RDC en Garua (1-1). Al parecer, el rubio de Barakaldo cogió las de Villadiego rumbo a El Botxo.
No lleva ni dos meses como míster de los leones indomables y ya lo quieren destituir. Clemente no deja indiferente a nadie, eso no es nada nuevo. Aunque él se acoge al contrato, que contempla que debe estar dos semanas cada dos meses en el país trabajando, el resto lo puede pasar tranquilamente en su casa.
Me da la sensación que Clemente se agarró a un clavo hirviendo, y que no acaba de tener feeling con la verdadera alma máter, Samuel Eto´o, a quien llegó a llamar “mono” tras un partido en el Camp Nou cuando entrenaba al equipo de sus amores.
Los francos que se lleva y el primer tropiezo del equipo a hecho que la federación, incluso el propio gobierno, apunte con el dedo acusador hacia la orilla de la ría bilbaína. Mientras tanto el míster se muestra tranquilo y dice que no ha recibido ninguna queja oficial desde Camerún, además de ver absurdo trabajar en África cuando la mayoría de sus jugadores seleccionables trabajan en equipos europeos.
Un desencuentro que no pinta bien. Yo sigo apostando por Javier Clemente como entrenador de un equipo como Osasuna, donde prime la garra y la lucha al fútbol, y donde pueda dar juego en sus comparecencias ante la prensa.
Aunque si queremos rellenar fácilmente periódicos, blogs, programas de radio e informativos, le rogaría a Florentino Pérez que traiga al de Barakaldo como segundo de Mourinho, y que las ruedas de prensa las den los dos al alimón. En Madrid se iba a hablar de todo menos de fútbol.
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Etiquetas: Camerún, Clemente, Eto´o, selección
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