Cuando la virtuosa Julia Mitchell se matricula en el máster que Gabriel imparte en la Universidad de Toronto, la vida de éste cambia irrevocablemente. La relación que mantiene con su nueva alumna lo obligará a enfrentarse a sus demonios personales y lo conducirá a una fascinante exploración del amor, seducción y la redención.
Me llamó la atención "El infierno de Gabriel" (editorial Esencia) fundamentalmente por dos motivos: por estar escrito por un hombre y por el "morbillo" que suponía para mi leer una historia de amor entre profesor-alumna, ya que en mis años mozos suspiré platónicamente alguna que otra vez por algún atractivo y culto profesor.En esta historia encontramos personajes que nos pueden parecer familiares: un hombre con pasado nada claro que busca una nueva oportunidad en la vida, y una chica inocente con un mundo por delante a descubrir. Lo que la diferencia de otras, bajo mi punto de vista, es que desprende romanticismo a raudales, romanticismo de toda la vida, del clásico, del que idealiza y conceptúa las relaciones sexuales como la meta a alcanzar tras consolidar un verdadero amor entre dos personas, un planteamiento que se repite a lo largo del libro.
Dante y Beatriz (de rojo)
Asistimos a la noción de amor como arte, y ello es porque se establece un paralelismo constante entre la relación de los protagonistas y la existente entre el famoso poeta italiano Dante y su idealizada musa, Beatriz. Al parecer, Dante la conoció cuando era una niña de nueve años y no volvió a verla hasta nueve años después. Existe una versión en la que el poeta sólo la habría visto una vez, y ni tan siquiera habría hablado con ella. En cualquier caso, se trata de un amor plátonico e idealizado plasmado en la historia de Gabriel y Julia.En definitiva, me ha parecido muy entretenido, en este caso no pedía más. También me han gustado las alusiones persistentes sobre la obra de Dante, ya que no sabía mucho sobre ello. Ahora, a esperar el segundo....
¡Buen fin de semana!