El infierno existe aquí

Sí. El infierno existe aquí y así lo ha demostrado una vez más los últimos documentos publicados por Wikileaks. Con este motivo la administración estadounidense está en un sinvivir y busca y rebusca, desesperadamente, como atacar y defenestrar a su director, Julian Assange. Si es o no culpable de los delitos que ahora le imputan, que sea juzgado. Sin más.
Pero ahora de lo que toca es de hablar de la abyección provocada por las tropas estadounidenses, de forma activa o consentidora, que ha dado lugar a esta barbarie y que de forma exhaustiva pone de manifiesto los documentos publicados por esta organización. De eso es de lo que ahora se habla y de ahí la gran preocupación del Pentágono. 
Ignacio Escolar señala hoy como se ha invertido la proporción de víctimas. En la Primera Guerra Mundial, nueve de cada diez víctimas fueron soldados. Ahora la proporción es justo la contraria. Casos de violaciones, torturas y asesinatos a sangre fría es lo que se desprende de la última tanda de documentos publicados por Wikileaks.
Sin embargo, la alta administración norteamericana se preocupa de buscarle las cosquillas a Assange y de meter en chirona (lo está desde julio pasado) a la garganta profunda de Wikileaks, el soldado Bradley Manning, que le puede caer 52 años de prisión según el código de Justicia Militar estadounidense.
En justa proporción, me pregunto cuántos años le deberían caer a los responsables políticos y militares de esta matanza.  Sí. Estos días es lo que me pregunto.