«Siempre me asusta escribir las primeras líneas, cruzar el umbral de un nuevo libro. Cuando he recorrido todas las bibliotecas, cuando los cuadernos revientan de notas enfebrecidas, cuando ya no se me ocurren pretextos razonales, ni siquiera insensatos, para seguir esperando, lo retraso aún varios días durante los cuales entiendo en qué consiste ser cobarde…»
Reseña escrita por Maudy Ventosa.
El infinito en un junco, el ensayo maravilloso de Irene Vallejo publicado en 2019 (Siruela), 45 ediciones y traducido a 35 idiomas, podemos disfrutarlo de nuevo en adaptación gráfica de Tyto Alba, publicado por Debate.
Tuve la fortuna de recibirlo, hace meses, como regalo de mi buena amiga Celia, que entiende de libros y sensibilidades; ahora tengo el ilustrado, que disfrutaré de igual manera recorriendo con la autora la historia de los libros, recreándome en las paradas que propone y admirando a esa gente común que se ha preocupado siempre de protegerlos y amarlos. Porque ese libro habla de otros libros y de su amor por ellos.
El viaje arranca allá por el siglo III a. C., cuando se intentó hacer realidad un sueño y juntar en una única biblioteca todos los libros del mundo. Ptolomeo los quería todos, había hambre de libros. Seguramente, es el mejor invento de la historia. Irene Vallejo intenta continuar la aventura de aquellos cazadores de libros, que rebosan en su casa como compañeros fieles, aliados en cualquier situación, memoria inquebrantable de nuestra historia, testigos de aciertos y desgracias, maravillosos, en definitiva.
Detrás de este libro hay, sin duda, muchos años de lectura, de traducir textos de la antigüedad, itinerario del viaje que iba a acometer, sin renunciar al goce de la narrativa, crea suspense, aventuras, giros inesperados sin olvidar el aspecto lúdico de la literatura de la ficción. El origen de la oralidad es la elaboración del lenguaje, poesía, ritmos. Un cuento alrededor de la hoguera, homenaje a la oralidad perdida. Su madre le leía muy bien; Irene le dedica esta obra con pocas palabras, pero llenas de admiración y amor; pura poesía: A mi madre, mano firme de algodón.
Nos cuenta la autora, que hay culturas que celebran el momento de la adquisición de la lectura por lo que supone de salto de la mente, del corazón… viaje inmóvil por el que convocas la realidad, que tus ojos la vean, pero, advierte, no se debe confundir el canto a los libros por un desprecio al mundo oral de donde nos vienen enormes riquezas de narraciones, de mitos… una persona analfabeta puede ser una narradora maravillosa… he querido que en mi libro quedase ese trasfondo de la oralidad, la escritura no la arrinconó… sigue viva, sobre todo cuando le contamos un cuento a un niño antes de dormir.
Irene Vallejo nació en una casa llena de libros y, afirma que es escritora gracias a su madre. Siempre lleva un libro en la mano, necesita su contacto, su olor. Su presencia.
Con un lenguaje claro, directo, sencillo, filosófico y cercano, exento de dogmatismo y con los dibujos y acuarelas de Tyto Alba, viajamos con este ensayo acompañando a héroes desde el mundo clásico a la actualidad de los grandes escritores, vivimos aventuras con el mismo hilo conductor: los libros, a través de una excelente labor de investigación llevada a cabo por la autora. Un libro que habla de libros desde la pasión, el amor y la gratitud por lo que han significado y significan para la humanidad. Un libro que abre caminos; un libro de consulta y reflexión que ha impresionado a millones de lectores en todo el mundo y que es imprescindible para todos los que amen la buena literatura.
Hace cinco milenios que los egipcios descubrieron el potencial de un junco al que llamaron papiro, lo que supuso un gran avance en la historia del libro, a pesar de lo delicado que era. Porque el infinito cabe en un junco, porque es lo que no tiene ni puede tener fin ni término.
Dentro de las cabezas de la gente, las frases leídas resuenan como un canto a capela, como una plegaria… Leer construye una comunicación íntima, una soledad sonora que a los ángeles les resulta sorprendente y milagrosa, casi sobrenatural…
La autora del texto:
Atraída desde la infancia por las leyendas de Grecia y Roma, Irene Vallejo (Zaragoza, 1979) estudió Filología Clásica y obtuvo el Doctorado Europeo por las Universidades de Zaragoza y Florencia. En las bibliotecas florentinas nació su ensayo El infinito en un junco (2019), que ha recibido una extraordinaria acogida entre crítica y lectores, convertido ya en un éxito editorial internacional. Reconocido en España con el Premio Nacional de Ensayo, el Premio ‘El Ojo Crítico’ de Narrativa, el Premio Wenjin de la Biblioteca Nacional de China, el Premio Internacional de Ensayo Henríquez Ureña de la Academia Mexicana de la Lengua, el Premio ‘Librerías Recomiendan’ del Gremio de Librerías, el de las ‘Librerías de Madrid’, el galardón ‘Líder Humanista’, el premio ‘José Antonio Labordeta’, el Premio ‘Antonio Sancha’ de los Editores, así como el Premio Aragón 2021, entre otros, ha alcanzado 45 ediciones, se traduce a treinta y cinco idiomas y se está publicando en más de cincuenta países.
Apasionada por la divulgación de los autores clásicos, colabora con prestigiosos medios como El País, Heraldo de Aragón o Cadena Ser en España, y Milenio y Laberinto en México. Sus artículos han sido recopilados en Alguien habló de nosotros (2017) y El futuro recordado (2020). Entre sus obras de ficción, destacan La luz sepultada (2011) y El silbido del arquero (2015), peculiar novela histórica con ecos homéricos y virgilianos, también traducida a varios idiomas. Ha publicado dos álbumes ilustrados: El inventor de viajes (2014), junto al artista José Luis Cano, y La leyenda de las mareas mansas (2015), con la pintora Lina Vila, acercando las leyendas clásicas a los lectores jóvenes. A finales de 2020, publicó el breve Manifiesto de la Lectura (2020) por encargo del Gremio de Editores. Colabora con proyectos sociales como Believe in Art y Érase una voz, que recrean el arte y la literatura en los hospitales infantiles.
El ilustrador:
Tyto Alba (Badalona, 1975) es autor de cómics e ilustrador. Las obras que ha publicado a lo largo de más de veinte años de carrera demuestran su versatilidad: ha firmado cómics en solitario (Dos espíritus, La casa azul, La vida, Fellini en Roma, Balthus y el conde de la Rola), trabajado con guion de otros autores (El hijo, Tante Wussi) y colaborado con escritores para adaptar sus novelas (Sudd, Sólo para gigantes). Ha recibido el premio Junceda en la categoría de cómic y el premio Ciutat de Palma.
El libro:
El infinito en un junco (adaptación gráfica) ha sido publicado por la Editorial Debate en su Colección Ensayo y Pensamiento. Encuadernado en tapa dura, tiene 192 páginas.
Como complemento pongo un vídeo titulado Las mujeres en la historia de los libros: un paisaje borrado. Irene Vallejo, escritora.
Para saber más:
https://es.wikipedia.org/wiki/Irene_Vallejo
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