Revista Deportes
¿Quiere usted inflacionar un mercado? Ponga un Mundial en su vida.
Este macroevento deportivo que se celebra cada cuatro años y en donde se aglutina lo más selecto del panorama futbolístico internacional, se ha convertido por méritos propios en un escaparate ideal para cualquiera que participe en él. Clubes y agentes se frotan las manos cada vez que alguno de sus representados realiza una regate imposible, una filigrana despatarrante o un golazo de bandera. Ayer sin ir más lejos, Maicón, tremendo lateral diestro brasileño que milita en el Inter de Milán, se salió con un partidazo antológico. El Real Madrid anda tras los pasos del carioca hace tiempo y la llegada de Mourinho al banquillo blanco no hace sino reafirmar el deseo del club de Chamatín en incorporar a sus filas al Neroazzurro. Así que tras las exhibición de ayer, unos, los del Inter, se frotan las manos sabedores que el caché del jugador ha subido otros 10 millones de euros y otros, los del Madrid, se tiran de los pelos por no haber cerrado antes del campeonato internacional, un acuerdo mucho más adecuado y realista al momento económico que nos toca vivir.
En este sentido, el Barça, fue más avispado. Tenía claro que el objetivo número uno para este año era Villa, así que cerró el asunto por la via rápida varias semanas antes de la fuga de los internacionales a Sudáfrica. Muchos dirán que los 40 millones pagados por el asturiano son un escándalo. Para nada. Un doblete hoy de Villa hubiera elevado su traspaso a casi 50, no lo duden. En esas estamos con Touré. ¿Por qué no ha cerrado el Barça aún su traspaso al City? Fácil. Está jugando con el rendimiento del futbolista en el Mundial. El jugador es del agrado de Guardiola y el Barça solo se planteará el traspaso en caso de que la cifra ofrecida sea muy jugosa. Si Touré se sale con Costa de Marfil, su coste será de 40 millones, si no lo hace, serán los 30 pactados con el City. Aquí, en este caso, el que se tira de los pelos es el jeque árabe que dirige los designios del club británico y el Barça, Rosell en este caso, el que está deseoso de poder frotarse las manos con los billetes extra que va a recibir. Ojo, la tortilla se da la vuelta en el caso Cesc. El Barça lleva varias semanas de infructuoso trabajo tratando de cerrar un acuerdo con los gunners. Estos a su vez, como es lógico, se niegan a escuchar los cantos de sirena que llegan desde Barcelona y esperan a ver el rendimiento del chaval en tierras africanas. Si el catalán realiza un buen Mundial, tocará apoquinar 50 kilates a lo poco. Si hace una mierda de torneo, pues la cosa quedará en 40. Aquí señores, el que se mueve, no sale en la foto. No esperen traspasos ni fichajes de relumbrón hasta mediados de Julio, cuando todo el pescado mundialista esté ya vendido.
Este campeonato sirve también para revalorizar a jugadores que pasan desapercibidos en sus ligas. Caso de Ozil, jugador de la selección alemana al que ya se le cita como el Messi germano. Vamos, que es muy habitual sobrevalorar por un par de partidos buenos a jugadores que por lo general son del montón. Lo vimos con Diouf, Klose y otros muchos, protagonizando sonados traspasos tras el mundial y ofreciendo un rendimiento más bien discreto en los clubes compradores.
Así que para mi, estos campeonatos solo sirven, mercadotecnicamente hablando, para encarecer o abaratar lo conocido y si se da el caso, vender una moto con mucho reprís y poco fondo a cualquier incauto de la vida. Están avisados.