Revista Educación

El ingenio está sobrevalorado

Por Siempreenmedio @Siempreblog
El ingenio está sobrevalorado

Claro, yo no defenestro ese ingenio que permite descubrir una solución brillante a un problema o descubrir un gran avance científico o tecnológico. Yo quiero acabar con esa pasión por ser ingenioso al hablar, al realizar un trabajo sencillo y rutinario, al escribir, ese chispazo de genialidad que se exige rápido, sin conocimiento previo, sin esfuerzo, un talento natural que nadie sabe de dónde nace. Ese es el ingenio que está sobrevalorado, el que quita su espacio al tímido, al reflexivo, al lento pero seguro, al serio, al que desconoce la acritud de la ironía. Ahora, para tener éxito social (y casi con toda probabilidad, también económico), es fundamental ser ingenioso en el discurso rápido. Aunque el tema que se trate sea imposible de resumir en una frase divertida; o el titular que será un bombazo no corresponda a la verdad del párrafo inicial. Despliega ingenio y rapidez, aunque la veracidad se quede en el camino o, así de sencillo, tú seas una persona retraída y más dada a contemplar el lento paso de las estaciones, por ese árbol que se vislumbra a través de tu ventana.

El ingenio está sobrevalorado y además es peligroso, porque puede señalarnos un camino falso, un éxito fútil, que no se aguante, que nos evite llegar a conocer bellezas increíbles. Y si no, fíjense en esa nueva especie de nenúfar gigante, que parece que permaneció 177 años sin ser descubierto en el jardín botánico Roya Kew Gardens y, casi cuarenta, en el Herbario Nacional de Bolivia. Ahí, esperando décadas y siglos hasta que un grupo de investigadores de Reino Unido, sus socios de Bolivia y el horticultor español Carlos Magdalena, después de mucho trabajo pausado, le hayan puesto nombre y una etiqueta: bienvenido Victoria boliviana.

El ingenio está sobrevalorado
Persona que se siente ingeniosa. ©wayhomestudio/Freepik.


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