En 1903 la Revista de Obras Públicas publicaba en sus números 1468 y 1469 una reseña firmadas por X. Con el título Las máquinas auxiliares de la inteligencia: escribir, copiar y calcular. Además anticipaba que mañana otras manifestaciones del ingenio despertarán de nuevo nuestro asombro.
Las previsiones se cumplieron: las calculadoras mecánicas fueron remplazadas por las electrónicas en los setenta, la máquina de escribir aguantó hasta los noventa y el ciclostilado se mantiene a duras penas frente a la fotocopiadora.
En la bella plaza de la románica Catedral de Trani se encuentra el Palazzo Lodispoto donde se concentran varios museos. El Museo della machina per scrivere tiene una variada colección que se completa con las de Olivetti.
Olivetti avanza hasta incluir las máquinas de calcular mecánicas –las restisuma que imprimían- y los primeros ordenadores. Estas calculadoras se fabricaron también en la sucursal de Barcelona.
Los sueños de tantos desde Pascal a Leibniz de liberar de la rutina se hacen realidad. Nuevas generaciones ya solo verán en museos lo que sus padres usaban. Un cartel copia a Durero para poner la medida como centro del microcosmos.
Siempre quedará la belleza de los objetos como la máquina Sholes&Glidden de 1873 (USA), la más antigua y hermosa del museo de Trani.
1903 ROP Auxiliares inteligenciaDescarga
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