Pues ya ha arrancado la undécima legislatura. Y parece claro que el mapa político en nuestro País ha cambiado, porque eso se ha notado mucho en el Congreso de los Diputados, y se ha notado en la vestimenta de nuestros diputados y diputadas, pues considero que el nivel ha bajado y mucho, nunca había visto tanto chaquetón colgado del escaño. Pero bueno, eso es la anécdota, ha habido cosas peores.
Por ejemplo, me ha hecho mucha gracia (y pena a la vez), presenciar la carrera entre los diputados de la izquierda por ver quien era el que me llamaba más la atención, y claro, los periodistas políticos alucinando y de carrera en carrera para “pillarlos” en la actuación. Unos han llegado en bicicleta haciendo proclamas, otros con una especie de orquesta callejera, están los de ERC que han llegado tarde y se han quedado buscando algún escaño libre, con el Rufián pegando gritos (que digo yo que ese no puede ser un Rufián de sangre, que tiene que ser adoptado, porque los Rufianes somos muy españoles). También están casi todos los diputados, que se han dedicado a hacerse fotos, a posar en grupo, vamos, que si esa es la nueva política…
Y he dejado para el final
de los que buscaban el minuto de gloria a Carolina Bescansa, porque es la que
se ha llevado el gordo. Y es que la diputada de Podemos apareció con su hijo de
6 meses y allí lo tuvo en el hemiciclo de mano en mano, y repito aquí lo que
ayer decía en Twitter: “Lo de Bescansa con su hijo en el trabajo es una falta
de respeto al resto de padres y madres que no podemos llevar a nuestros hijos
al nuestro”, y me reafirmo, porque me parece a mí que ha sido una acción de
‘postureo’ y de llamar la atención que otra cosa, más cuando se ha sabido que
la niñera esperaba fuera y, además, en el Congreso de los Diputados cuentan con
una servicio de guardería para diputados y trabajadores. Porque digo yo,
siguiendo la “doctrina Bescansa”, ¿los diputados se podrían llevar a sus hijos
al hemiciclo a hacer las tareas del colegio durante los plenos? Pues eso…
Y haciendo una lectura
política de este inicio de legislatura he decir que no me parece mal que el
presidente del Congreso no sea diputado del partido más votado, en realidad no
me parece mal ni bien. Lo que si me parece mal es que esa explicación la dé
Ciudadanos diciendo que la presidencia del Congreso no la ha de ostentar el
partido que está en el Gobierno, porque eso es algo que no han aplicado en
Andalucía, donde Presidencia de la Junta y del Parlamento coinciden en el PSOE,
gracias a Ciudadanos. Una postura incoherente la de Albert Rivera.
Días de gloria nos
esperan en estas nuevas Cortes Generales, días que os contaremos en Desde el
Caballo de las Tendillas…
