Revista Cultura y Ocio
Si el año pasado parecía raro, lo de este ya rompe todo los esquemas. Menos en el campo librero donde fue un año anodino hasta el punto que me ha hecho extrañar los años en que comentaba mis lecturas más que los sucesos y las noticias relacionadas a estos temas.Todo empezó con una desgracia y, no, nos referimos a la repetición adnauseam de la canción de verano "Despacito" (bueno, también a eso)Nos referimos al Fenómeno del Niño que produjo destrozos en la costa en los primeros meses del año, hasta el punto que incluso llegó muy cerca de Palacio de Gobierno y hubo que salvar varios libros de la Casa de la Literatura, ante el incremento del río. Las pérdidas materiales y humanas motivaron la solidaridad de todos, incluso de escritoras foráneas.Aunque la naturaleza se tranquilizó con el tiempo, la situación del país no se tranquilizaba. Mientras el presidente Kuczynski daba una entrevista a Clara Elvira Ospina sobre los libros que leía, probablemente ya se estaba gestando cambios radicales a la política del país, específicamente desde el Congreso, controlado por Keiko, la hija del exdictador.Ese mismo mes y de ese mismo poder del Estado surgiría la frase del año, y quizás de la década, la del congresista Bienvenido Ramírez (no tengo que decir que es fujimorista ¿no?): "El síndrome de Alzheimer se da en las personas que estudiaron mucho y leyeron mucho". Esto causó todo tipo de reacciones, incluidas algunas que traspasaron nuestras fronteras hasta la creación de una cuenta de twitter: @bookbienvenido, una parodia que bueno, no duró mucho.Y quizás para evitar futuros daños a la salud pública, al mes siguiente cerró la única librería de Barranco: La Libre. Este desafortunado hecho quizás no es tan sorprendente, si recordamos lo que pasó un año antes con Quilca, pero lo que sí podría catalogarse como histórico fue la marcha en solidaridad contra esta clausura, quizás la única vez, que recuerde, que haya sucedido algo similar en el Perú en favor de una tienda de libros.El que no tuvo tanta solidaridad fue el expresidente Humala cuando lo metieron a la cárcel, en julio. El tiempo libre entre rejas lo aprovechó entre otras cosas, para dedicarse a la lectura. Así, según Hildebrandt en sus Trece, Memorias de Adriano de Marguerite Yourcenar sería uno de sus elegidos.Parece que no fue el único, pues el otro hijo del exdictador le entregaría algo de Santiago Posteguillo y Ken Follet para hacer más llevaderas las horas encerrado.En el último trimestre del año, el que suele entregar el Premio Nobel de Literatura, a nadie le importaba dicho galardón, ni siquiera al último ganador, Bob Dylan, que lo recogió seis meses después. Solo diré que en octubre el Perú entero estaba pendiente de las dos últimas fechas de las Eliminatorias para el Mundial Rusia 2018 y luego del repechaje con el que pudimos gritar, después de 36 años: ¡¡¡ESTAMOS EN EL MUNDIAL LA CONCHA DE SU MADRE!!!!Mientras todos festejábamos, otras noticias pasaron desapercibidas. No solo que Faverón había dejado escuela, esta vez Rodolfo Ybarra sería el acusado de acoso, sino también algo más grande, más horrendo se estaba tramando. Debimos sospechar desde que Kenyi seguía hablando de libros y hasta citaba a Kavafis,Eso definitivamente no era normal. El plan para la vacancia del Presidente de la República ya estaba en marcha y el día llegó. El 21 de diciembre de 2017 será recordado por ser el día que un escritor francés del siglo XVIII fue lo más buscado en el Perú. En general, en esa maratónica sesión del Parlamento hubo toda clase de referencias literarias, no solo del abogado defensor de PPK, que citó mal a Dante Alighieri, sino también de Vitocho desempolvando La mala hora de Gabriel García Márquez, de Lucio Ávila mencionando al Dr. Jekyll de Stevenson, por ahí alguna de Octavio Paz y otras que ni recuerdo porque estaba ebrio.Al final, PPK se salvó de ser sacado y, cuando parecía que todo volvía a la normalidad, decidió sacar a alguien y salvarlo: sí, al exdictador. El indulto a Fujimori no solo fue una de las peores cosas que hizo y que le hizo perder el poquísimo apoyo popular que le quedaba, incluyendo el de Vargas Llosa, sino que traería consecuencias para el año siguiente. Esto no ha terminado...