El inseminadooooor debió resonar en el inconsciente de Lord Pascualín, con fanfarria de armónica. Recuerdos de otra época.
También resonó el título en su día en la maltrecha mente nublada de Sir Charles inducido por Lord. Pero lo olvidaría, porque la niebla todo lo cubre, y se confundiría su gris con el del cerebro.
“Los cíngaros siempre han sido un problema”, dice la primera frase de este libro. Estoy de acuerdo. Creo que Mario C. no tanto a pesar de ser el autor. Impresiones simples, estas. No conocía nada del tal Mario Cavatore, pero aquel día que compré el libro en la Cuesta de Moyano tampoco miré el autor, sino la portada y un levísimo hojeo. Como siempre. No necesitó más la historia para hacerme gastar los tres euros. Pocas compras tan rentables.
El inseminador nos lleva de cabeza a una historia inventada con supuesta base de realidad, en un contexto auténtico. Esta mezcla suele funcionar, y uno se pregunta si Mario no hubiera merecido más premio que el cosechado en esta obra donde los gitanos, la simiente y la gente guapa de Suiza combinan perfectamente a través de la desgracia, en ocasiones afortunada.
El libro preña, nunca mejor dicho, el ansia lectora. Bien hecho, inseminador.
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Sir Charles Lomlarck: 7,5
Mesié de Condemore: 8
Duque de la Teruélida: 7
Lord Pascualín: 7,8