Instrumentos de Planck. Crédito: ESA (images by AOES Medialab)
El instrumento HIFI a bordo de la misión de la ESA Planck ha completado sus observaciones de la radiación de fondo de microondas, la primera luz emitida después del Big Bang. Como se esperaba, el sensor se quedó sin refrigerante el pasado sábado y ya no es capaz por tanto de detectar esta débil radiación.
“Planck ha sido una misión magnífica. Tanto el telescopio como los instrumentos han funcionado perfectamente, y nos han legado una enorme cantidad de datos con que trabajar”, ha dicho el jefe científico de Planck, Jan Tauber, de la ESA.
Algo menos de medio millón de años después de que el universo comenzara a expandirse en un Big Bang, hace 13.700 millones de años, el cosmos se enfrió hasta los 4000 ºC, lo que permitió que materia y energía se desacoplaran y esta última, en forma de luz, llenara por primera vez el espacio.
Con la expansión del universo esa luz se ha desplazado al rango de las microondas.
Analizando las huellas que la materia dejó en su día impresas en la radiación, y que aún son detectables hoy, los científicos esperan entender el Big Bang y estudiar el universo tal como era en su infancia, mucho antes de que se formaran las estrellas y galaxias.
Planck ha medido estas huellas en todo el cielo, con sus instrumentos de alta frecuencia (HIFI) y baja frecuencia (LFI).
Ambos, combinados, han hecho posible que Planck haya cubierto un rango de longitud de ondas más amplio del abarcado por otras misiones predecesoras. Planck se caracteriza además por su gran capacidad de distinguir detalles.
Lanzado en mayo de 2009, Planck debía completar dos mediciones completas de todo el cielo.
Al final Planck ha completado cinco medidas de todo el cielo con sus dos instrumentos porque ha funcionado a la perfección durante 30 meses, aproximadamente el doble del tiempo requerido en un principio.
“Esto nos proporciona datos incluso mejores de lo que esperábamos”, ha dicho Jean-Loup Puget, de la Universidad de París Sur, en Orsay (Francia), investigador principal de HFI.
El instrumento LFI puede trabajar a temperaturas ligeramente más altas que HIFI, y por tanto podrá seguir tomando medidas durante buena parte de 2012; sus datos proporcionarán datos de calibración que mejorarán la calidad de los resultados finales.
Planck detecta no solo la emisión de la primera luz, sino también la del polvo frío que llena todo el universo.
El año pasado se anunciaron los resultados iniciales de la misión, que incluían un catálogo de cúmulos de galaxias en el universo lejano. Muchos de estos cúmulos no habían sido detectados antes, y entre ellos había supercúmulos formados probablemente por la fusión de varios cúmulos.
Otro de los resultados iniciales fue la mejor medida jamás obtenida de la radiación de fondo infrarroja presente en todo el cielo, emitida por las estrellas que estaban formándose en la época de infancia del universo.
Esta observación mostró cómo las primeras galaxias producían cada año mil veces más estrellas de las que se forman hoy en nuestra galaxia.
El próximo mes se presentarán más resultados obtenidos por Planck, pero para los primeros sobre el Big Bang y el universo primigenio aún habrá que esperar otro año.
Se necesita un análisis muy cuidadoso de los datos para eliminar toda la emisión de fuentes del universo actual, y percibir la señal, más débil, emitida por la luz primordial.
Los resultados son muy esperados dado que, a pesar de que han medido esta radiación ya dos misiones antes que Planck, aún hay muchas ideas que compiten por tratar de explicar qué ocurrió durante el Big Bang.
“Los datos de Planck permitirán descartar familias enteras de modelos, y aún no sabemos cuáles”, señala Puget.
Los datos sobre el Big Bang serán presentados en dos etapas: los relativos a los 15,5 primeros meses se darán a conocer en 2013; el paquete completo de datos de la misión llegará un año después.
“Planck ha superado con creces las expectativas, estamos muy satisfechos con su funcionamiento”, ha dicho Álvaro Giménez, director de Ciencia y Exploración Robótica de la ESA.
“Este gran éxito se debe al trabajo de muchos científicos e ingenieros en Europa y el resto del mundo.
“En realidad estamos sólo a medio camino en la duración de la misión: aún queda mucho que hacer para analizar los datos y obtener los resultados científicos que todos estamos ávidos por recibir”.
Artículo publicado en la web de la ESA.