En mitad de la Segunda Guerra Mundial, los aliados y Alemania acordaron llevar a cabo un intercambio de soldados prisioneros de guerra al final de la cruenta campaña militar del norte de África. En el puerto de Barcelona, que fue el lugar aceptado por ambas partes para el intercambio, cuatro mil soldados, la mitad de cada bando, fueron intercambidos el 27 de octubre de 1943.
Uno de los prisioneros es un judío alemán de 24 años que, en caso de ser devuelto a Alemania, corre el riesgo de ser enviado a un campo de concentración. Un grupo de personas unidas por las circunstancias participó en un complot para rescatar de forma muy atrevida a aquel soldado judío, un joven muy guapo y también un atleta capaz de cautivar por igual a mujeres y a hombres.
Edición: 1ª ed.
Publicación: Barcelona: Roca, 2018
Descripción física: 416 p.; 24 cm.
ISBN: 978-84-1754-119-4
CDU: 821.111-31"20"
Signatura: N ALE int
Precio: 18,90 euros en Casa del Libro.
De nuevo os traigo una lectura que ha sido posible gracias a la iniciativa #SoyYincanera, aunque por desgracia no pude asistir al encuentro que algunas de mis compañeras tuvieron con Fernando Aleu hace algunas semanas en Madrid; y me dio muchísima pena, porque por las cosas que me contaron después de ese encuentro, y por la crónica que algunas de ellas escribieron, la verdad es que me habría encantado conocer a este hombre, que desde luego ha tenido una vida de lo más interesante.
La historia que Aleu nos narra en su primera novela está basada en un hecho real, del que por cierto yo no tenía ni idea: el intercambio de prisioneros de guerra, llevado a cabo entre los ejércitos nazi y aliado, que tuvo lugar en el puerto de Barcelona en 1943; y es que parece ser que el autor, barcelonés de nacimiento, fue testigo directo de este hecho. Y la historia comenzará de manos de uno de los protagonistas, Werner Applefeld, un reputado cirujano judío de origen alemán que lleva años viviendo en Estados Unidos. Corre el mes de agosto de 1939, y se intuye que en breve estallará irremediablemente la que será después conocida como Segunda Guerra Mundial; Werner ha estado durante años carteándose con su primo Max Liniger, al que aún no conoce en persona. Así que decide que, aunque el momento no sea el idóneo, viajará a Alemania para visitarlo.
Finalmente la guerra estalla, aunque Werner tendrá ocasión de conocer a su primo en una Alemania cada vez más peligrosa. Allí comprobará que Max se está convirtiendo en toda una celebridad debido al éxito de su grupo de trapecistas, los cóndores voladores, que hacen las delicias de un público entregado a la causa nazi; Max es el modelo a seguir, la representación de la auténtica raza aria... Con el pequeño detalle de que en realidad es judío por parte de padre. Así, Werner intentará por todos los medios convencer a su primo de abandonar el país, ya que si se llegan a conocer los orígenes de Max, es bastante probable que acabe hecho prisionero; pero Max se niega a dejar atrás su patria y todo aquello en lo que cree. Y sobre todo a dejar atrás a su novia, Rosy, una mujer de lo más misteriosa que trabaja para el servicio de espionaje del gobierno alemán.
Pasados algunos años, cuando las tornas cambian y parece claro que Alemania va a perder la guerra tras la derrota africana de Rommel y la captura de muchos de sus soldados por el ejército aliado, se consigue organizar un intercambio de prisioneros de guerra entre alemanes y británicos. España será el lugar elegido para llevar a cabo la operación, concretamente el puerto de Barcelona. Allí se cruzarán los caminos de Werner, Rosy y Joshua, el mejor amigo de Max desde la infancia; juntos pondrán en marcha un plan para liberar a Max.
Por supuesto, además de ir conociendo de primera mano los avatares de la guerra, iremos al mismo tiempo sabiendo detalles sobre el pasado de cada uno de los protagonistas, lo que nos hará sentirlos muy cercanos. Así, podríamos decir que aunque nos encontramos ante una novela cuya trama gira en torno a un hecho bélico, no es una novela exactamente bélica; es más, para mi gusto, una historia de amistad y de lealtad ante todo; aunque desde luego está claro que la guerra y sus efectos colaterales están presentes en todo momento, y como no podía ser de otra manera, hay además algunas pinceladas de mentira y traición. Como en la vida real, claro.
También tendremos ocasión de viajar con los personajes, ya que sus pasos se dirigirán hacia Berlín, Munich, Barcelona, Nueva York..., y hasta habrá viajes en barco. Un periplo por medio mundo, con el que disfrutaremos de lo lindo gracias a las descripciones que Fernando hace de ellos. Y no cito a todos los personajes porque la lista sería interminable, y además alguno que otro esconde más de una sorpresa que es mejor ir conociendo con la lectura del libro; pero me gustaría destacar el hecho de que, aunque la mayoría de ellos no son reales, aparecen algunos que sí existieron.
Si te gusta la novela histórica, seguro que disfrutarás con esta novela. Si no, siempre puedes tomártela como la historia de varios amigos cuyas vidas experimentarán en primera persona las consecuencias de una guerra. Y por supuesto, no quiero terminar esta reseña sin agradecerles de nuevo a Kayena y Carmina y a su iniciativa #SoyYincanera la posibilidad de haber conocido esta novela a través de ellas. Y cómo no, a la editorial Roca por el ejemplar que me ha facilitado.