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El Internet de las Cosas: ¿una nueva etapa para la publicidad?

Publicado el 06 junio 2016 por Johnny Zuri @johnnyzuri
El Internet de las Cosas: ¿una nueva etapa para la publicidad?

Los gigantes de la electrónica de consumo y las grandes empresas tecnológicas de Silicon Valley empiezan a posicionarse en el "Connected Life", un mercado en el que los objetos están interconectados para hacer más fácil nuestra vida cotidiana. El crecimiento del Internet de las Cosas irá a más, y se calcula que en 2020 habrá más de 50.000 millones de dispositivos conectados.

En esta nueva era, en la que todos los productos estarán conectados a la red mediante una dirección IP, veremos a su vez un cambio en las relaciones entre los productos y las personas, que se volverán más personales. Ahora bien, ¿cuál es el reto que se presenta para fabricantes y gobiernos? ¿Cómo lo podrá aprovechar el sector de la publicidad? ¿Qué empresas están dando ya los primeros pasos?

El Internet de las Cosas o el "Internet of everything"

El Internet of Things (IoT, Internet de las cosas) es una rama de la electrónica que se refiere a la posibilidad de que todos los dispositivos de los hogares, de las ciudades, estén conectados a internet y entre sí, produciendo elevadas cantidades de información. Es, como acertó a llamar la consultora Gartner, experta en este tipo de denominaciones, Internet of everything ( Internet de todas las cosas).

De hecho, si se cumplen las predicciones de fabricantes y analistas, en los próximos años asistiremos a la expansión del IoT en todos los ámbitos de la sociedad. Las neveras, los lavavajillas, las lavadoras e incluso las lámparas de nuestras casas dejarán de ser entes aislados para conectarse a internet, bien sea por sus propios medios o a través de los smartphones.

Al margen de la anécdota, la consecuencia es inmediata: estos dispositivos generarán gran cantidad de información sobre su funcionamiento y sobre nuestras preferencias (una nevera que conoce los alimentos que hay dentro y sabe cuáles son los que más consumimos, por ejemplo) y, además, se convertirán en inteligentes. Al igual que ha ocurrido con los smartphones o los televisores -aunque éstos en menor medida- todo lo que nos rodea pasará a ser más completo, más informativo, más inteligente, más "Smart", en definitiva.

Fabricantes y Gobiernos, ¿a qué se enfrentan?

Es evidente que no todo es "color de rosa". En el IoT también hay un lado que podríamos denominar "oscuro". Y es que, al estar todo conectado a Internet, a la Red abierta, no a redes privadas, todo es susceptible de ser hackeado. En este sentido, incorporar la tecnología de seguridad necesaria es una de las claves.

Aún así ofrece una oportunidad para los fabricantes: si los usuarios adoptan este tipo de tecnologías a un buen ritmo los fabricantes serán los principales beneficiados. El CEO de Cisco, uno de los principales protagonistas del IoT a través de diferentes iniciativas y gadgets, admitió el pasado año que el impacto económico podría ser de entre 14 y 33 billones de dólares en 2025. Estos son billones españoles, no anglosajones. Gartner, en otro informe afirma que en 2020 el impacto del IoT será de más de 1.9 billones de dólares.

Por tanto, el reto para fabricantes y gobiernos es el de crear dispositivos energéticamente eficientes, confiables durante períodos de tiempo largos, que funcionen bien en ambientes variados, incluso al aire libre, y sobre todo, que sean seguros, para impedir las violaciones de datos y la piratería.

¿Algunos ejemplos a destacar?

Un buen ejemplo lo tenemos con el dispositivo lanzado por Telepizza, cliente de Zenith, y Telefónica. Ambas compañías han creado Click&Pizza, una especie de botón que se adhiere a la nevera y que permite solicitar una pizza con solo un clic. "Se trata de un nuevo concepto de servicio de pedidos de reparto a domicilio de pizza", explican las dos compañías en un comunicado conjunto.

El botón es autónomo gracias a una batería que lleva incorporada. Y solo con pulsarlo activa el pedido desde cualquier ubicación. El cliente no necesita realizar ninguna llamada o trámite adicional vía móvil u ordenador. Según detallan ambos socios, lo único que requiere el usuario para obtener este servicio es estar registrado en la web de la Telepizza, tener al menos un pedido favorito a domicilio y asociar uno de esos pedidos al servicio Click&Pizza.

Por su parte, Starbucks dispone de máquinas de café conectadas en sus tiendas. Estas máquinas recuerdan nuestras preferencias de café y a través de nuestros smartphones pueden avisarnos de que nuestra bebida estará lista antes de entrar en la tienda si nosotros queremos. Algunas neveras de LG disponen ya de conexión a internet y analizan los alimentos que hay en su interior: cuando queda poco de algo, recibiremos una notificación.

No se queda en la mera anécdota. Ya hay compañías, como Samsung, que afirman que quieren ser líderes en esto del Internet de las Cosas. Así su presidente Yoon, en la apertura de la feria tecnológica CES 2015 en Las Vegas afirmó lo siguiente: "les hago una promesa. Yo prometo que en 2017, el 90% de los dispositivos creados por Samsung serán basados en el Internet de las Cosas y para 2020, será 100% de los artículos de Samsung ".

La consecuencia de todo lo anterior es la personalización. No es solo conocer aún más y mejor al consumidor, sino que todo ello impactará en la oferta de los servicios y productos de las organizaciones y los anuncios publicitarios. Ya no serán generales para un grupo, sino personalizados al máximo en función de los gustos y preferencias de cada persona.

Ahora mismo estamos en la punta del iceberg. Jorge Lang, director de Innovación y Soluciones de Intel Corporation para el sur de Europa, afirma que "no somos conscientes de lo que va a impactar el Internet of everything, lo hará aún más que la revolución industrial del siglo XIX ". ¿Estamos preparados para el cambio?

Imagen | Comsoc
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