"La lógica del pensamiento neoliberal ha producido categorías nuevas, tal como esta que le pertenece a T. W. Schultz (1902-1998), de la Universidad de Chicago y otros de la misma escuela. Según ésta, la economía ya no está compuesta por individuos, ahora son unidades-empresa, de allí la concordancia con el actual gobierno nacional con su teoría de emprendedores". Ese es el primer párrafo de una nota que toca el tema de los sofismas inventados por el delirio de la ideología dominante (llamémosle neoliberalismo aunque a algunos no les guste), y se basa en las falacias desplegadas en la segunda mitad del siglo pasado, cuando surgió la teoría del "capital humano", con los trabajos pioneros de Schultz y Becker. Desde entonces, numerosos estudios han asumido que las inversiones en capital humano son fuente de crecimiento y bienestar, que contribuyen sustancialmente al crecimiento económico y a la productividad. Aquí, una crítica a la ideología de la meritocracia y de los individuos-empresa, derivación directa de la teoría del hombre-máquina.
Por Carlos Baraldini - Especialista de costos y organización.
La lógica del pensamiento neoliberal ha producido categorías nuevas, tal como esta que le pertenece a T. W. Schultz (1902-1998), de la Universidad de Chicago y otros de la misma escuela. Según ésta, la economía ya no está compuesta por individuos, ahora son unidades-empresa, de allí la concordancia con el actual gobierno nacional con su teoría de emprendedores, es decir, individuos-empresas, que asumen todo el riesgo de su capital, que es su cuerpo, sus conocimientos, su destreza, su forma de solucionar problemas, su idoneidad.
Repasemos un poco de historia. A partir de las políticas intervencionistas del Presidente Roosevelt de 1933/34, la llamada New Deal, calificada como keynesiana, donde el Estado junto a pactos sociales, desarrolla una tarea reguladora y dinamizadora de la actividad económica y donde la creación de empleos fue central, pero también la elevación de impuestos, todo esto impactó en la teoría liberal clásica.
En la teoría clásica liberal se definen tres conceptos claves del fenómeno económico: la tierra, el capital y el trabajo, donde este último quedó sin investigar. Dada la influencia del pensador Ricardo, el trabajo se redujo al factor tiempo, una forma cuantitativa de medirlo. Y para Keynes, el trabajo sería un factor de producción, algo pasivo que dependerá de la tasa de inversión alta en capital físico.
Frente a estas fallas conceptuales del trabajo, T. W. Schultz, Nobel de economía en 1979, escribe una serie de artículos relacionados al ´capital humano´. Lo acompañará otro economista, también Nobel de economía en 1992, Gary Becker, que hará otros aportes. Finalmente Jacob Mincer, publicará un artículo en 1958 utilizando el concepto de capital humano por primera vez.
A la teoría de Ricardo la continua Carlos Marx quien escribe: “El trabajo no solo crea bienes, también se produce a sí mismo y al trabajador como una mercancía y en la misma proporción en que produce bienes”. Postulaba que el obrero vende su fuerza de trabajo por cierto tiempo y por un salario, este trabajo crea valor (el producto de su trabajo), una parte de ese valor se le despoja al obrero, ya que no está incluido en su salario y esta será la lógica que descubre Marx del capitalismo y su acumulación.
La lógica del capital solo retiene la fuerza y el tiempo, lo trueca en un producto de mercado y solo le interesa por el valor producido. Esto será para Marx “trabajo abstracto”, porque no está referido al concreto, ya que amputa toda la realidad humana y sus valores cualitativos y se mueve en el mercado como una mercancía más.
Para la teoría Neoliberal (TNL), con fina astucia, no es obra del capitalismo real esta abstracción que denuncia Marx, sino sólo de la teoría económica clásica, que solo resaltó los procesos del capital, la inversión, la máquina, el producto, etc., reconociendo la crítica de Marx.
La TNL critica al liberalismo clásico y comienza por definir el concepto de escasez: los recursos son escasos y el análisis económico deberá precisar cómo se le asignan esos recursos a los individuos, con una nueva definición de economía: “Es la ciencia del comportamiento humano, como una relación entre fines y medios escasos, que tiene usos que se excluyen mutuamente”
Esta TNL no se interesa por el análisis económico del trabajo y el valor que crea, sino estará interesada en saber cómo utiliza el trabajador los recursos que dispone, como conducta económica en acción, calculada por el propio trabajador, no hay aquí explotación de un tercero, sino la posibilidad de desarrollo propio.
Y se interroga ¿para qué trabaja la gente? Para contar con un salario… ¿Y qué es un salario? No será el precio de su fuerza de trabajo, será un ingreso y ¿qué es un ingreso? Es sencillamente el rendimiento de un capital, es una renta del capital, el trabajo conforma un capital, una aptitud, una idoneidad, una tecnología, que produce ingresos o flujo de salarios. Aquí opera una descomposición del trabajo en capital y renta, donde el rasgo de idoneidad del trabajador es similar al rendimiento de una máquina, que va a producir flujo de ingresos, que tiene una vida útil, un período de utilidad y otro de obsolescencia.
El trabajador será una máquina que va a generar salarios (ingresos) bajos cuando recién se inicie, que se elevarán en su vida útil y según adquiera idoneidad (formación continua le llamaba el Ministerio de Trabajo menemista). El citado Schultz definirá a este conjunto hombre-máquina: complejo máquina-flujo.
Este concepto Capital-idoneidad se opone a la teoría de la fuerza de trabajo. Será la concepción del trabajador como empresa de sí mismo. Auto-explotación con sueños de libertad empresarial. Esta es la matriz de la teoría Neoliberal: ya no individuos, ahora empresas, el actor principal del actual gobierno, su principal interlocutor, se gobierna para ellos y la meta son sus beneficios. En el capitalismo global reinan las multinacionales.
Esto se diferencia de la teoría clásica del homo economicus, ¿por qué? Porque era hombre del intercambio, el socio, uno que vende y otro que compra, la teoría de la utilidad se definía según las necesidades de estos dos socios. En la teoría Neoliberal, el homo economicus no es socio, es empresario y su empresa es él mismo, su propio capital, su propio productor, la fuente de sus ingresos y queda librado a las variables del mercado.
El citado Becker tiene su propia teoría del consumo: el hombre del consumo es también un productor ¿y qué produce? Su propia satisfacción. Es una actividad empresarial por la cual el individuo, sobre la base de su propio capital, producirá su propia satisfacción.¿Cómo está compuesto el capital humano? De elementos innatos y otros adquiridos. De los primeros resaltan los hereditarios, aquí se salta a la genética aplicada a poblaciones: ¿qué hereda un pobre de padres analfabetos y en hogar carenciado para su capital humano? Seguramente la genética inducirá mejoras con políticas de control y filtro y sus efectos racistas. Si uno quiere tener hijos con capital humano deberá apuntar a una pareja que evidencie esas óptimas características innatas. El capitalismo global apuntará al control de la producción de individuos con capital humano.
Así se llegará a analizar las innovaciones, las nuevas técnicas, los procesos tecnológicos, las invenciones, es decir un conjunto de inversiones educativas que apuntalen el capital humano de los individuos. Foucault en Nacimiento de la Biopolítica escribirá: “Todos los problemas de la herencia, transmisión, educación, desigualdad de niveles tratados desde un punto de vista único como elementos homogeneizables, ellos mismos reajustados a su vez, ya no en torno a una antropología, una ética o una política del trabajo, sino de una economía del capital. Y el individuo considerado como una empresa, esto es, como una inversión y un inversor…sus condiciones de vida son la renta de un capital”.
Carlos Baraldini