Las mujeres que tienen a sus bebés en otoño o invierno serían más propensas a desarrollar depresión posparto que las que dan a luz en primavera.
El equipo de la doctora Sara Sylven, de la Universidad de Uppsala en Suecia, asegura que la variación estacional en el nivel de luz diurna altera las vías químicas cerebrales de la depresión.
A diferencia de la mayoría de los países, Suecia tiene una mayor diferencia de la cantidad de luz diurna en el invierno y el verano. Por eso, el efecto estacional en la depresión posparto sería más evidente en ese país.
Aun así, Sylven opinó que hay que controlar los síntomas de depresión en todas las mujeres que tienen un bebé en los meses más fríos y oscuros.
Jennifer Jewell, experta en esta cuestión de la University of Colorado en Denver, dijo: "Existe mucha confusión al respecto, lo que indica que deberíamos saber más sobre lo que estamos tratando de descifrar".
El equipo de Sylven estudió a más de 2.000 mujeres que habían tenido un bebé en su centro en un año. A los cinco días, las seis semanas y los seis meses después del parto, ellas respondieron cuestionarios sobre síntomas de depresión y otros factores médicos y del estilo de vida.
Entre seis y 15 de cada 100 madres informaron síntomas de depresión posparto, según el tiempo transcurrido desde el nacimiento y la estación en la que había ocurrido.
Tras considerar varios factores que podrían generar estrés materno, el equipo halló que las mujeres que habían tenido un bebé entre octubre y diciembre eran dos veces más propensas a tener síntomas de depresión posparto que las que lo habían hecho entre abril y junio.
El estudio, publicado en American Journal of Obstetrics & Gynecology, no prueba que tener un bebé en otoño o invierno cause depresión posparto, una relación que aún no se puede explicar.
"Creemos que algunas hormonas podrían variar durante el año", dijo Sylven, quien explicó que en el invierno en Suecia hay poca luz diurna, por lo que también podría influir la falta de vitamina D.
Jewell dudó si los resultados podrían aplicarse a las mujeres que viven en países más próximos al ecuador y con variaciones estacionales no tan drásticas en la cantidad de luz diurna. Para comprobar la universalidad de esta relación, deberían combinarse datos de mujeres de distintos países.
Desde | Reuters Health
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