Hace tiempo que tenía esta novela en mi estantería y la verdad es que su tamaño me daba mucho respeto a pesar de que La caída de los gigantes la disfruté muchísimo, como casi todo lo que he leído de Follet.
Por eso este año aprovechando el Reto de 12 meses, 12 libros me lancé a la "piscina" con ella para darle salida, antes de que se publique la última parte de la Trilogía. Y la verdad es que no me arrepiento en absoluto. No se me ha hecho nada larga porque como la primera me ha encantado y he disfrutado de los personajes de la anterior en otras circunstancias y de sus descendientes en una época tan dramática como la II Guerra Mundial.
Título: El invierno del mundo.Autor: Ken Follet.Editorial: Plaza y Janés Editores, 2012.Páginas: 960.
Resumen Oficial.
En el año 1933, Berlín es un foco de agitación política y social. Lady Maud, ahora la esposa de Walter von Ulrich y madre de dos hijos, publica artículos en una revista semanal que ridiculizan al partido nazi mientras su marido manifiesta su oposición en el gobierno. Sin embargo, parece que nada podrá frenar el poder ascendente del canciller Adolf Hitler. Cuando Maud recibe la visita de Ethel Williams y su hijo Lloyd, todos serán testigos de la tiranía y la represión de la nueva Alemania. El reino del Tercer Reich se extenderá hasta Francia y más allá de la frontera rusa.
Mientras, en Inglaterra, Lloyd Williams, activista político como su madre, luchará en el ejército británico para intentar frenar dicho avance, antes de alistarse en las brigadas internacionales de la guerra civil española, donde participará en la ofensiva de Zaragoza y la batalla de Belchite.
Ty Gwyn, la mansión familiar de los Fitzherbert en País de Gales, se convertirá en acantonamiento para oficiales, y durante su estancia, Lloyd se sentirá atraído por la mujer de Boy Fitzherbert, la rica heredera americana Daisy Peshkov.
En esta magnífica novela épica, Ken Follett transportará al lector a través de una Europa en ruinas, quebrada de nuevo por las guerras y los conflictos ideológicos. Los hijos de las cinco familias, protagonistas de La caída de los gigantes, forjarán su destino en los años turbulentos de la Segunda Guerra Mundial, la guerra civil española, el bombardeo de Pearl Harbor y la era de las bombas atómicas americanas y soviéticas.
Impresión personal.
Como ya he comentado, la anterior entrega de la Trilogía The Century, La caída de los Gigantes me atrapó totalmente desde sus primeras páginas y como con todo lo leído de Follet, que creo que es al autor del que tengo más libros, me encantó y me mantuvo entretenida durante toda su lectura hasta el punto que pasé varios días echando de menos a sus personajes. Por eso quizá me daba un poco de miedo esta segunda entrega. Miedo a que no cubriera suficientemente mis expectativas como la primera. Pero nada más lejos de la realidad: he disfruta mucho de El invierno del mundo, tanto o más que con el anterior. De modo, que cuando este año salga la última entrega no creo que espere tanto tiempo para reencontrarme de nuevo con estas cinco familias y sus nuevos miembros.El Invierno del mundo comienza su andadura donde lo dejó La caída de los gigantes, en el año 1933 y continúa con la historia de las cinco familias que ya conocimos. Aparecen estos personajes que dan continuidad a las sagas familiares, pero en esta ocasión los protagonistas principales son sus descendientes, sus hijos e hijas en una época tan desgarradora como los momentos previos, el desarrollo y desenlace de la II Guerra Mundial.
Como hace tiempo que leí La Caída de los Gigantes he agradecido muchísimo que el libro comience con una especie de árbol genealógico de las familias que me han servido para retomar la historia y recordar los nombres de cada personaje anterior. No obstante, si en mi caso era sólo recordar, no aconsejo leer este libro si no se ha leído antes el anterior porque muchas cuestiones familiares no se entenderían bien.
Nos encontramos por tanto con la familia Von Ulrich en Alemania donde Maud y Walter han tenido dos hijos, Carla y Erik. Maud escribe en una revista donde puede, hasta que las cosas se complican con los nazis, escribir críticas políticas y Walter forma parte de Parlamento alemán, Carla se convierte en enfermera cuando no se le permite ser médico que es lo que quería y Erik acaba formando parte de las juventudes hitlerianas en contra de la opinión del resto de su familia.
En Estados Unidos, nos volvemos a reencontrar con la familia Dewar, siendo Gus, el padre un Senador influyente del país, y sus hijos Woody, que en un principio se interesa por la política, aunque terminará siendo fotógrafo, y su hermano Chuck, que pasará a formar parte de la marina estadounidense. En este país, también encontramos a una parte de la familia Peshkov por la parte de Lev, que acaba casándose con Olga y de cuyo matrimonio procede Daisy, una joven con aspiraciones de "reina" que acaba marchándose a Inglaterra huyendo del desprecio americano por el turbio pasado de su padre. Allí también nos encontramos con Greg, hijo ilegítimo de Lev, fruto de los muchos devaneos amorosos que fuera del matrimonio tiene el ruso.
En Inglaterra, retomamos la historia de Ethel y Bernie Willians, convertidos ahora en políticos de relevancia en su país, que cuentan con Lloyd, activista también como sus padres y que tras su participación en la Ii Guerra Mundial y la Guerra Civil española acabará siendo elegido en las elecciones en su país tras la guerra. También aquí, en la parte más "noble" del país continua la familia Fitzherbert, bizconde de Aberowen, que tienen dos hijos: Boy, el primogénito y heredero y Andy.
En Rusia, encontramos a la otra mitad de la familia Peshkov, donde Grigori, que ocupa ahora un alto cargo en el ejército ruso, y Katerina, cuentan con Volodia que pertenece al cuerpo de inteligencia ruso.
La historia de esta familias, de todas ellas de manera individualizada, de cada uno de sus miembros y las manera en que sus vidas se entrecruzan, se entrelazan y se influyen, hace que la novela te atrape. No puedo decir que la historia de una familia me haya llenado más que otra. Los hechos históricos que acontecen en esta época en estos países, más algún otro como la Guerra Civil española, hace que las vivencias de todos ellos sean sumamente interesantes. Eso unido a la gran maestría del autor para definir los hechos, los lugares y los actos de los personajes principales y secundarios hacen que, a pesar de las casi mil páginas del libro, me lo haya leído en un muy poco tiempo.
La novela está estructura en tres partes que coinciden con el ascenso de los nazis al poder y los acontecimientos previos que acaban en la Guerra Mundial; la etapa propiamente de la guerra y la última, el periodo de postguerra con los inicios de la guerra fría.
Lo que más me ha gustado de la parte histórica es que tiene un enfoque diferente a lo que se suele reflejar de este periodo. Esperaba campos de concentración y mucho asunto judío y no ha sido así. La historia se diversifica y aunque se trata el tema judío no es ni mucho menos el principal sino que aparece tratado con la misma importancia, por ejemplo, que el trato dado por los nazis a los enfermos terminales y los discapacitados. Me ha encantado como se refleja la situación de Berlín en cada momento histórico tratado en la novela. Igualmente, la historia se centra en la situación rusa, americana, inglesa e, incluso, la española. Es, por tanto una novela histórica, que nos sitúa en muchos ambientes diferentes según el país, lo cual bajo mi punto de vista le da un valor diferente a otras novelas sobre este periodo tan convulso del mundo.
Por otro lado, la cantidad de personajes con que contamos en la historia y los diferentes escenarios donde se desarrollan sus vivencias hacen que la novela sea muy dinámica porque vamos cambiando de personaje de forma continúa. Todos están muy bien definidos y evolucionan a medida que van pasando los años y los acontecimientos históricos en los que se ven inmersos. Creo que sin duda, el personaje que más evoluciona de todos es Daisy Peshkov que pasa a ser una chica totalmente superflua que te cae fatal al principio de su vida en Estados Unidos y de la que te acabas enamorando durante la guerra en Inglaterra, donde acaba siendo una firme defensora de los derechos de la mujer y de las políticas de izquierda.
El resto va evolucionando también pero no son cambios tan drásticos como los que acontecen a Daisy.
Es fácil pensar que la historia que nos relata Follet está sesgada. Es evidente que sí, pero seguramente tan sesgada como lo estaría si la hubiera escrito un ruso o un francés. Casi diría que el sesgo es más anti-ruso que anti-alemán aunque tampoco tengo una base de conocimientos enorme como para afirmarlo con rotundidad. Es más bien una sensación.
Podría seguir alargando mucho más mis comentarios sobre esta novela, pero creo que lo mejor es que si no la habéis leído lo hagáis. Es totalmente recomendable, entretenida, instructiva y da que pensar sobre lo que no debe volver a repetirse.