
seis personas en escena y otro creando ambientes con instrumentos de lo más variado, es difícil explicar un espectáculo así, es un conjunto de sensaciones, se une lo gestual con lo performántico, lo visual con lo sonoro, lo misterioso, lo tenebroso, velas y pétalos caídos. capullos de rosa expulsados indicaban el final de algo y el comienzo de otra situación más incómoda que se va tensando hasta un final casi onírico en el que te quedas con la sensación de haber visto un cúmulo de imágenes tan bellas como inquietantes, difícil describir pero placentero de ver, hora y media de nuevas sensaciones y aunque en fotos no se aprecia todo lo que allí ocurrió por lo menos dan una idea, espero repetir pronto experiencia.

