Casi cincuenta años antes de Donnie Darko ya había aparecido en la pantalla grande un conejo de dimensiones descomunales. El invisible Harvey (Harvey), dirigida en 1950 por el alemán Henry Koster, protagonizada por James Stewart y basada en la obra de teatro del mismo título escrita de Mary Chase.
Elwood P. Dowd es una persona encantadora, amigo de sus amigos, no tiene nunca ni una sola mala palabra. Sólo parece tener un problema. Ve a un conejo de más de dos metros que le acompaña a todas partes y que hace que avergüenza a su hermana Veta (Josephine Hull) que ve como su vida social se va al traste, como las posibilidades de casar a su hija, Myrta Mae (Victoria Horne). La única solución que queda es internar a Elwood en un sanatorio.
La película me parece una auténtica joya. Formalmente se nota que nace del medio teatral, desarrollándose -en su mayoría- en tres interiores: la casa de la familia; el bar y el sanatorio. Pero no le hace falta más. Porque en donde radica su fuerza es en los personajes y en lo que dicen, o mejor dicho en lo que no dicen y en los aspectos morales que transmite, de los que el conejo es un símbolo perfecto, en su significado y a través de su (no) presencia. Durante gran parte de la película parece que Harvey no es más que el producto de la imaginación de la mente de Elwood, fruto de su alcoholismo; en otro momento, da la sensación de que el protagonista es consciente de que su amigo no existe, aunque se nos van dando pistas que nos hacen sentir que algo pasó en su vida, en un momento dado, que hizo que se refugiara en él; pero al final, Harvey es real.
En el fondo, que sea o no real no es verdaderamente importante. La película es un canto a una manera de ver la vida, libre, lejos de las convenciones sociales y sus estereotipos. Elwood es un trastornado porque ve a un roedor gigante, va a bares e invita a desconocidos a cenar a su casa. Para los "normales" eso es imperdonable, para ellos que gestan reuniones sociales en las que se planifican las relaciones. Pero poco a poco vemos lo que sucede en realidad. La normalidad no es tal. La hermana cree que ella ve también a Harvey, más aún, en un momento dado vacía el contenido de su bolso y podemos ver como en su interior guardaba un importante cargamento de pastillas y drogas de todo tipo.
El invisible Harvey es una maravilla, en su forma y contenido, que encierra una hermosa lección acerca de cómo vivir. "Ser listo o ser bondadoso". Elwood, nos dice, prefirió ser bondadoso.
En resumen, se trata de una historia contada de manera sencilla tras que se oculta una tremenda complejidad en su construcción y en la que priman los valores humanos y que encuentra en el personaje interpretado por James Stewart a su perfecto reflejo.