Zapatero, que quiere retirarse de la política como un prócer, cuando en realidad ha sido un gusano, acaba de afirmar que ni él ni su gobierno son responsables de la crisis, ni del desempleo masivo que está padeciendo España.
¿Quien es, entonces, el responsable?
¿Querrá Zapatero, cuyo gobierno ya dijo que el dinero público no era de nadie, instaurar un nuevo principio rastrero en democracia, según el cual los gobernantes no son responsables de sus actos, ni de los daños que causan con su mal gobierno? ¿Quiere todavía más impunidad, cuando la que disfruta es antidemocrática e indecente?
Zapatero es un caradura redomado, un gobernante dañino que, por los estragos que ha causado, merece ser declarado por los españoles "persona no grata" y sometido a juicio. Es un dirigente antidemocrático y sin altura que ni siquiera es capaz de asumir sus responsabilidades.
Ningún gobernante europeo actual, ni probablemente en todo el mundo desarrollado, ha concitado tanto rechazo de sus propios ciudadanos. Según las encuestas, el 80 por ciento de los españoles desaprueba su política y más de la mitad le exigen que dimita y convoque elecciones anticipadas. Ni siquiera el egipcio Hosni Mubarak, ni el tunecino Ben Alí, ambos derrocados por sus pueblos, tuvieron nunca tanto ciudadano en sus respectivos países como Zapatero en España.
Ha acumulado tanto rechazo y desprecio de su pueblo que ha tenido que prometer que no será candidato en 2012 para evitar a su partido un desastre electoral.
¿Tampoco es responsable del terrible endeudamiento de España? ¿No es responsable del despilfarro? ¿Y de haber utilizado el dinero público para comprar votos? ¿Y del uso reiterado de la mentira como política de gobierno? ¿Ni siquiera es responsable de haber dado alas al nacionalismo radical, con el que ha pactado sin otra justificación que mantenerse en el poder? ¿No es responsable tampoco de haber impulsado personalmente un Estatuto de Cataluña insolidario, desigual, que sólo beneficiaba a la casta política catalana, contrario a la Constitución y que ni siquiera era una demanda del pueblo catalán?
Zapatero es culpable de muchas cosas, de demasiadas, pero, sobre todo, lo es de haber introducido en España una política rastrera y envilecida que ha contaminado toda la sociedad española. Un gobierno que reconoce que premia a los agentes de policía que ponen más multas carece de decencia y no debe ser ni acatado ni respetado por la gente honrada y digna.
Zapatero es culpable directo de haber destruido la confianza de los españoles en el poder político, de haber desprestigiado la democracia como sistema, de haber empobrecido al país, de haber despilfarrado, de haber alimentado l corrupción, de haber creado un Estado insostebible, tan monstruuoso que no puede ser financiado y que es la principal fuente de la ruina española, de haber destruido más de un tercio del tejido productivo español, de haber antepuesto siempre sus propios intereses y los de su partido al bien común y de haber hecho retroceder a España muchas décadas en prosperidad, decencia, orgullo, prestigio y dignidad.
Esa es la verdad y puede ser fácilmente probada ante tribunales independientes.