Revista Cultura y Ocio
"En ocasiones, la vida de algunos seres se convierte en el istmo de un reloj de arena, en esa angostura que une dos islas de cristal. En una de ellas, en la que te encuentras, lo cotidiano... bueno o malo. En la otra, lo desconocido... bueno o malo. Tus acciones, tus anhelos, quizá simplemente las circunstancias, te arrastran hacia ese estrecho sin que exista modo alguno de evitarlo. Hagas lo que hagas, te aspiran irremisiblemente al fondo. Lo que allí vas a encontrar, no lo sabes. Algunos descubren el lugar al que pertenecen; otros, sin embargo, sólo se dan de bruces con su condena. A veces, todo permanece igual q ue antes de precipitarte y sólo se ha tratado de una sacudida. en todo caso, una vez alcanzado el desfiladero, no existe la posibilidad de volver atrás.
A menos que una mano gigante voltee tu reloj de arena."
Vaya por delante que más que traer un libro hoy comparto un descubrimiento. De hecho, no es la primera vez que lo hago, puesto que este es el tercer libro que traigo del autor. Si me gusta como escribe una persona, sigo su pista. Por eso, hoy traigo a mi estantería virtual, El istmo del reloj de arena.
Conocemos a Efrén, un informático propuesto para un ascenso por su jefe y amigo Cristo. Lo acepta porque puede suponer una gran mejora y convertirlo en un triunfador, de los que le gustan a la novia de Cristo (que le gusta a él). Cuando llega a su nuevo destino en Madrid, descubre que hay una serie de muertes en su empresa y que podrían estar relacionadas con el trabajo que lo han encomendado. Aunque no estará solo, en esta situación lo acompañarán Bárbara, una compañera de trabajo, y Sinforoso, el hombre de la limpieza.
Estamos ante una novela a tres voces. Por un lado tenemos a Efrén y su intento por llegar a esa nueva vida que parece abrírsele con su ascenso y traslado; por otro a Bárbara, cuya historia es la perspectiva de un espectador de lujo y que va aderezada con sus propias sensaciones y sentimientos; y finalmente la voz de Sinforoso, un personaje al que no podemos evitar coger cariño por su tono, sus coletillas... Y en mitad de todo esto, unas muertes que podrían relacionarse con el software del que se encarga Efrén, sin saberlo. La trama está servida y el lector enganchado a ese descubrimiento y las reacciones que provoca, el seguir la pista, dudar, buscar la certeza, saber... pero no, no es simplemente eso. Las novelas de Pablo, y en esto creo que el título le viene al pelo, parten siempre de puntos vitales en sus personajes. Y tal vez, precisamente por eso, son novelas de personajes. Aquí, y pese a que queremos saber qué es lo que sucede, siempre nos importa más lo que les sucede a ellos, lo que piensan, lo que sienten.
Tal vez por eso nos hace una presentación pausada de la historia, para que nos hagamos amigos y luego poder meternos de lleno y que no levantemos la vista del libro. Y lo hace sin grandes complicaciones, con frases cortas y un lenguaje cuidado que forma parte de las descripciones no explicadas. A Sinforoso, por ejemplo, lo conocemos más por sus formas, y es por ellas que nos va ganando. Pero no penséis que sólo hay tres personajes; Cristo, su novia, secundarios ocasionales... todos ellos consiguen crear un universo al que es difícil resistirse en una novela cuyo argumento se me antojó tan novedoso como interesante y que consiguió que caminase por esta empresa y por estas vidas.
Un libro con el que disfruté y unos personajes que me acompañaron tras haberlo cerrado. Creo que no se puede pedir más.
Y vosotros, cuando un autor os gusta..¿le seguís la pista?
Gracias