Revista Espiritualidad
Pensar fragmenta, sentir unifica; por eso si iluminamos nuestro pensar con nuestro sentir podemos conseguir la belleza del arcoíris, que nos muestra muchos colores y a la vez nos hace sentir su unidad en nuestro corazón.A la luz de nuestro corazón cada pensamiento se abre al mundo como una hermosa flor, al final del día hemos así creado un bello jardín, en el que cada planta resalta las cualidades de las otras simplemente expresando su propio sentido. Alimentar nuestros pensamientos con la luz de nuestro sentir esencial les da armonía y convierte a nuestras acciones en algo mágico, porque rompen las normas de lo estándar y cobran vida propia: expresamos al mundo nuestra auténtica identidad. Para llegar a todo esto es necesario ir apartando de nuestros pensamientos la confusión que solemos tener entre emociones causadas por estados de necesidad de nuestro ego y las que provienen del sentir de nuestro corazón, que nacen libres de necesidad y por eso son hijas de la abundancia: es descubrir la presencia de nuestro sol interior y hacerle amanecer en nuestra vida, a la vez que ponemos bajo nuestro horizonte el sol de lo que la cultura, familia, amigos... espera de nosotros Querido lector, ¿qué te parece hacer salir tu propio sol e iluminar tus pensamientos de cada día con él para crear tu propio jardín, en el que cada pensamiento lleva tu aroma y se convierte en una flor única, que terminará dando lugar a acciones en las que tú mismo te puedas reconocer ...? Es el jardín mágico de tus pensamientos.