Londres, 1913. Una niña es abandonada en un barco con destino a Australia, sin otra posesión que una maleta con unas pocas piezas de ropa y un libro de cuentos de hadas. Una misteriosa mujer llamada la Autora ha prometido cuidar de ella, pero ésta desaparece sin dejar rastro…
Brisbane, 2005. “La dama, la dama me dijo que esperara…”, murmura en su agonía Nell ante su afligida nieta Cassandra. La vida de la anciana se apaga inexorablemente tras noventa y cinco años de vida intensa, y después de su muerte, Cassandra recibe en herencia una cabaña y un jardín en Cornualles, unas propiedades envueltas en un halo de misterio. Decidida a averiguar el vínculo de su abuela con aquellas lejanas tierras galesas, Cassandra empieza a devanar el hilo que, de manera inesperada, unirá con el presente lo que sucedió en Londres y Brisbane tantos años atrás…
“La certidumbre se adueñó de ella de repente, la sensación de que debía saber con exactitud qué contenía; incluso si significaba violar aún más las reglas de Nell. Con el corazón palpitante, tomó la maleta y la abrió, apoyando la tapa contra la cama. Comenzó a mirar los objetos del interior.”
El jardín olvidado es una de esas novelas que hacía tiempo que quería leer. A principios de año los libros de Kate Morton se convirtieron en best-sellers y llovían alabanzas sobre ellos. Así que cuando me la prestaron no dudé en leerlo lo más pronto posible. No puedo decir que me haya encantado porque he echado en falta algo más, pero sí que he entendido porque ha sido todo un éxito literario y cuáles han sido las características que han enamorado a los lectores.
La historia comienza con un ritmo tranquilo –que no lento- necesario para entender la historia. Adentrarse en El jardín olvidado es como entrar en el mismo laberinto encontrado en el jardín de Cornualles, Morton tiene un estilo minucioso pero que en ningún momento se hace tedioso, simplemente, es dejarse llevar y rodearse del misterio y la intriga fundamentales para quedarse atrapado en sus páginas. ¿Quién es aquella niña que apareció en un puerto australiano? ¿Qué sucedió con ella? ¿Quién es la Autora? ¿Por qué Nell deja en herencia una cabaña y un jardín a miles de quilómetros de su hogar? ¿Qué encontrará allí Cassandra? Estas son sólo algunas de las incógnitas que se irán desvelando poco a poco. Aunque en las primeras páginas puedes llegar a hacerte una idea del camino que tomará la historia, ha habido algunas sorpresas que no me esperaba, sobre todo la relacionada con la Autora y sus cuentos de hadas.
La narración viaja desde principios de siglo XX (la época victoriana), hasta los años 30, los años 70 y el año 2005. En los capítulos dedicados a los sucesos de mil novecientos y poco, Kate Morton ha retratado con detalle el tipo de vida que había en ese período, tanto la pobreza en la vieja Londres como los lujos de Cornualles. Me ha dado la sensación de que se mueve con más comodidad por la época victoriana que por una más cercana a la nuestra.
Y en este contexto tan variopinto es donde se mueven unos personajes tratados con mucho cariño y profundidad. No sólo hay una voz narrativa sino que salta de personaje en personaje para conocer sus pensamientos, sentimientos y secretos más ocultos (y oscuros). Cassandra será la guía en esta historia, la que deberá descubrir a partir de un viejo diario y de su propia investigación el pasado de su abuela Nell y qué relación tenía con Cornualles, descubrirá lo que sucedió con aquella pobre niña perdida y también la propia Cassandra deberá enfrentarse a su pasado para superar sus propios fantasmas. Destaco el personaje que más me ha llenado: la Autora, un mujer fascinante y misteriosa que ha sido un placer conocer.
¿Si tan bien hablo de la novela porque digo que no me ha encantado? He echado en falta ese algo que realmente me emocionara y me conmoviera. La historia me ha gustado mucho pero no me he sentido tan afín a ella. En cualquier caso, me gustaría volver a leer alguna de sus novelas, ¿La casa de Riverton tal vez?
Kate Morton nació en 1976 en Berri, Australia, y es la mayor de tres hermanas. Licenciada en el Trinity College London, asistió a un curso de verano sobre Shakespeare en la Real Academia de Arte Dramático en Londres. Posteriormente, se graduó en Literatura inglesa por la Universidad de Queensland, y completaría su formación con una tesis sobre la tragedia en la literatura victoriana. Si bien se ha consagrado al estudio de los elementos góticos en la narrativa contemporánea, Kate Morton se ha forjado una excelente reputación en el terreno de ficción.