
ISBN: 9788483651568
Páginas: 544
Precio: 21 € (e-book: 10,99 €)
La novela de la que os hablaré hoy no necesita carta de presentación: El jardín olvidado se ha convertido en uno de los grandes éxitos de ventas de los últimos años y ha consagrado a su autora como una de las reinas de las sagas femeninas con una pizca de misterio y una atmósfera decimonónica. La australiana Kate Morton (1976), titulada en arte dramático y literatura inglesa, debutó en 2006 con La casa de Riverton, que fue traducido a numerosos idiomas y vendió cerca de un millón de ejemplares en el Reino Unido, pero fue con su segundo libro, El jardín olvidado (2008), que logró conquistar el mercado español. A este título le han seguido Las horas distantes (2011) y The Secret Keeper (2012), cuya publicación en castellano está prevista para 2013. Todos sus libros se presentan con unas cubiertas con un aire antiguo y la promesa de esconder una gran historia en su interior.
Tres mujeres, tres épocas y un misterio
—Eso, querida mía, es lo que hace que un personaje sea interesante, sus secretos (pág. 349).
La obra sigue la estela del drama victoriano decimonónico y se nota la influencia de la literatura clásica anglosajona en la prosa de Kate Morton. Una niña abandonada, dos hermanos huérfanos que sufren penurias y una mujer que perdió a su familia en un accidente son algunas de las situaciones que se plasman; todas las generaciones parecen estar condenadas a vivir alguna desgracia. Está ambientada entre Australia e Inglaterra, pero el gran atractivo se encuentra en ese Londres de los primeros años del siglo XX con sus carruajes, la vida en una mansión y el contraste entre ricos y pobres. Un lugar perfecto para situar una novela de secretos familiares, ¿no os parece?

Por otro lado, El jardín olvidado es un gran entramado de historias que, a pesar de narrarse desde diferentes enfoques (de época y personaje), se siguen con mucha facilidad porque la información que se revela en cada momento está bien relacionada con lo que se dice a continuación; no estamos ante un rompecabezas como Habitaciones cerradas (de hecho, incluso he llegado a aborrecer que la autora lo dé todo tan masticadito: me sobró que recapitulara todas las averiguaciones en el último capítulo y que explicara que un relato simboliza el conjunto del libro. Ya me había dado cuenta). Sin duda es meritorio que Kate Morton construya tantas tramas, aunque de todos modos considero que la del pasado es infinitamente más interesante que la del presente: las descripciones del lugar y el estilo de vida son más ricas, por no hablar de lo evocadora que resulta la época victoriana desde la mirada actual. En cambio, Cassandra no llega a ser un personaje tan fascinante como Eliza y su presencia está puesta al servicio de la investigación.
Una saga femenina a lo largo del siglo XX
—La vida sería mucho más sencilla si fuera como un cuento de hadas —dijo Cassandra—, si la gente fuera como los personajes típicos.—Ah, pero así es, sólo que creen que no. Incluso la persona que insiste en que tales cosas no existen es también un cliché: ¡el temido pedante que insiste en no tener igual! (pág. 348)
Como tantas publicaciones actuales, El jardín olvidado es una saga protagonizada por mujeres fuertes que luchan contra la adversidad a lo largo de todo un siglo. Son Eliza Makepeace, Nell y Cassandra, aunque la única que me ha cautivado es la primera, por todo lo que representa: una chica escritora a principios del siglo XX (y no de literatura adulta, sino de cuentos de hadas), una valiente que, siguiendo el ejemplo de su madre, no esperó a que nadie la salvara e intentó buscarse la vida sola. Las demás, por desgracia, no están a su altura: Nell pierde peso a pasos agigantados y desde el principio me costó sentir empatía con ella por su decisión de cortar el contacto con su familia al descubrir que es adoptada (cuestión de piel, supongo). En cuanto a Cassandra, como he comentado antes, pienso que el interés de su papel reside en su conexión con la búsqueda, por mucho que a medida que avance la historia la conozcamos más.

Con respecto a los secundarios, están bastante estereotipados, aunque no lo veo como un punto negativo porque encajan en el marco victoriano que la autora ha querido reflejar: la madre malvada, la hija mojigata, la criada bondadosa… Cabe destacar que los personajes masculinos están muy poco trabajados al lado de las féminas (nunca llegué a comprender del todo al tío Linus, por ejemplo). En cualquier caso, las relaciones entre personajes están bastante cuidadas, sobre todo a medida que pasan las páginas y se entienden mejor las decisiones que toma cada uno.
Gusto por la buena literatura y los cuentos de hadas
—La memoria es una amante cruel con la que todos debemos aprender a bailar (pág. 443).A mi parecer, la clave del éxito de El jardín olvidado se encuentra en el hecho de tener un estilo asequible, apto para el gran público, pero que a la vez está cuidado y posee el sello personal de la autora. Kate Morton escribe con buen gusto, con ritmo pausado y una adjetivación abundante, como si acariciara las palabras; se le nota la influencia de las grandes obras de la literatura anglosajona (Charles Dickens, Jane Austen, las hermanas Brontë…). Los capítulos breves contribuyen a despertar las ganas de seguir leyendo. Se dice que la moda de las landscape novels ha surgido gracias a ella, pero, con todos mis respetos para Sarah Lark y compañía, ¡ya les gustaría escribir así de bien!
Volviendo al libro, Kate Morton se ganó todo mi respeto desde el momento en el que hace referencia a los escritores de literatura infantil en los agradecimientos. El jardín olvidado rinde homenaje a los cuentos de hadas, tanto a través de los cuentos de Eliza Makepeace como en el carácter soñador de las niñas que han crecido con ellos. Estos relatos le dan una atmósfera hermosa a la novela y desprenden un gran amor por la literatura; además, los tres que se narran son bonitos y su contenido se relaciona con el conjunto de la novela. En menor grado, también se transmite admiración por el arte pictórico gracias a la presencia de un pintor.
Conclusión
Kate Morton
Y vosotros, ¿ya os habéis enganchado a Kate Morton?