Revista Libros

El jinete del silencio, de Gonzalo Giner

Publicado el 02 octubre 2011 por Isi

Hoy reseño una novela que me ha sorprendido muy gratamente y que ya casi desde las primeras de sus setecientas páginas sabía que me iba a gustar.

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La historia se desarrolla a principios del siglo XVI, recién descubierta América, en varios escenarios (Jerez, Jamaica, Nápoles…) y son también numerosos sus protagonistas, aunque todos giren en torno a Yago, de tal manera que la inmensa cantidad de aventuras que tienen lugar están bastante repartidas entre varios personajes y así consigue el autor algo más de realismo, siempre y cuando teniendo en cuenta el tipo de novela en que nos encontramos. Quiero decir que, ante un libro como este, todos suponemos que habrá malos malísimos, buenos muy buenos y desamparados, aventuras por doquier y final feliz; pero incluso siguiendo esta estructura, el autor consigue sorprendernos para bien, lo digo en serio.

Como personaje principal tenemos a Yago, un niño autista que por una desafortunada casualidad se queda huérfano y es atendido por su tía que, al notar su diferencia, le trata peor que mal porque piensa que es cosa del diablo. No ayuda que Yago sea incapaz de soportar el contacto con otras personas, que le cueste seguir una conversación y que tenga ataques de ansiedad que acaban en alaridos insoportables. En realidad, el lector entiende tanto a Yago como a su tía, ya que en aquella época poco se sabían de estas cosas, y lo mejor era intentar esconderlas para que los demás no te señalaran con el dedo…

Yago pasa su infancia con su tía, pero a los 8 años comienza una nueva vida en la cartuja de la Defensión, donde los monjes se encargan de educar a los niños huérfanos para que puedan salir adelante en la vida, y donde queda de manifiesto que Yago está perdiendo el tiempo porque es incapaz de prestar atención ni de aprender a leer y escribir. Camilo, un monje que se apiada del niño, decide buscarle una ocupación que se adapte a sus capacidades, y así descubren que Yago puede hacerse cargo de los caballos, con los que se comunica mucho mejor que con las personas.

Por otro lado tenemos Luis Medrano, un comerciante cuyo único deseo es asecender en la escala social y, para ello, está inmerso en negocios turbios realcionados con la exportación de productos a las Indias; productos que la Corona prohíbe expresamente sacar del territorio español. Las actividades de Luis son vigiladas estrechamente por un funcionario de la Saca, Fabián; de los pocos que no aceptan sobornos y realizan su trabajo con diligencia y humildad, lo cual le reporta no pocos problemas con los matones a sueldo de Luis.

Las actividades de unos y de otros confluyen en Jamaica, donde Yago es esclavizado junto con los nativos en una gran hacienda de un terrateniente peor que malo. Además allí conoceremos a otra de las co-protagonistas, Carmen, que viaja desde Italia para conocer a su esposo, el despiadado hacendado que esclaviza a Yago. Afortunadamente la acompaña un militar a las órdenes de su padre encargado de protegerla durante el largo viaje y dejarla sana y salva con su nuevo marido, si es que eso es posible.

Poco más puedo decir sin contar nada relevante… Todos los personajes acabarán en Nápoles después de muchísimas aventuras, y allí contribuirán a crear una nueva manifestación del arte, el ecuestre: los caballos más bellos jamás vistos que bailan al son de melodías creadas por el alma de los hombres. Incluso Yago llegará a conocer a Miguel Ángel y, poco a poco, junto a las personas que le quieren y que valoran sus aptitudes, llegará a encontrar su sitio en el mundo, pese a ser diferente.

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El libro se lee de un tirón, aunque parezca gordito. Los personajes te caen bien ensguida y, por supuesto, a Yago se le coge mucho cariño, sobre todo al principio cuando nadie quiere hacer por entender que es diferente y que hay que tratarle de manera especial. Sus amigos estarán siempre a su lado, apoyándole a pesar de que cada uno tenga sus propias preocupaciones, y el chico les da todo lo que tiene y sufre cuando les pasan cosas malas. Vive muchos peligros, como convertirse en conejillo de indias del Hospital para locos e inocentes de Sevilla (hospital de la época con experimentos médicos de la época también), viajar en barco alimentándose nada más que de avena para los caballos… en fin; no se puede uno despegar de las páginas para compartir los devenires de la vida de Yago y sus amigos.

También están presentes los caballos a lo largo de toda la novela: al principio son simplemente los compañeros de Yago, pero luego asistimos al nacimiento de una nueva raza de animales que, por primera vez, no van a ser utilizados ni para la guerra ni para el trabajo en los campos, sino que se crea un arte en sí mismo; supongo que el Renacimiento fue una época en la que tuvo tanta importancia la creación de obras bellas en cuanto a música, pintura, escultura, etc., que impulsó también a las personas para que fueran más allá y pudieran buscar lo bello en un animal, en unos movimientos al compás de la música, de los juegos de luces.

En definitiva, me ha gustado mucho la ambientación y la idea de situar la novela en la creación de esta nueva raza de caballos, así como la riqueza de personajes; un acierto el no centrar la historia en uno solo y darle así más tramas y más aventuras. He dudado mucho sobre la puntuación que debería ponerle y, sinceramente, sería un 4,5 pero, como aquí no hay medias tintas levanto un poco la mano porque, al fin y al cabo, he disfrutado mucho. Me parece que el autor ha superado con creces a El sanador de caballos.

rakin51

Título: El jinete del silencio
Autor: Gonzalo Giner
Editorial: Temas de hoy
Encuadernación: Tapa dura con sobrecubierta
ISBN: 978-84-8460-990-2
Páginas: 717
Precio: 22,90 €
Propósito personal: No lo cumple
RETO 2011: Ne, Neón

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