Descripción física: 226 p.; ilustraciones de Sergio Bleda
ASIN: B00P9ZWP40
CDU: 821.134.2-31"19"
Signatura: N VIL jue
Precio: 3,15 euros en Amazon.
LAS MUJERES LIBRES
Este es otro de los libros que me encontré por casualidad cacharreando en internet. No me sonaban ni la novela ni la autora, pero tengo que reconocer que en este caso lo que me llamó la atención fue la cubierta, que me pareció preciosa y además me recordó (con matices) a esas ilustraciones que tanto me gustan de los manuscritos medievales. Después, al leer el subtítulo: las beguinas: espiritualidad y libertad, me quedé con la intriga porque no recordaba haber oído nunca hablar de las beguinas. Así que decidí comprar el libro y ver qué sorpresas me deparaba.
La autora me era totalmente desconocida, pero investigando un poco he descubierto que aparte de tener una cara de estas que te da buen rollo nada más verla, es una mujer de lo más polifacética: nació en Albacete y allí ejerció como periodista durante más de veinte años; cuando en el año 2000 volvió de hacer el Camino de Santiago, decidió cambiar de profesión y dedicarse a la literatura. Desde entonces, ha publicado seis novelas, la última de ellas precisamente El juego de Dios; también ha impartido cursos sobre escritura y medios de comunicación, y además ha sido redactora en varios periódicos, comentarista política en tertulias radiofónicas, jefa de prensa del ayuntamiento y presidenta de la Asociación de la Prensa, ambos organismos en su ciudad natal.
La sinopsis de la novela, extraída de Amazon, nos cuenta lo siguiente:
Las beguinas fueron mujeres que vivieron en la Edad Media, dedicadas a la espiritualidad, sin someterse a ninguna jerarquía eclesiástica ni a ninguna norma que no fuera la de su propia conciencia.
La protagonista de esta novela, Valentina del Valle, ingresa como novicia en un convento y, tras conocer a una beguina, Brígida la loca, asume su filosofía de vida y se integra con ella en una comunidad de París. Allí crearán una escuela de escritura para mujeres hasta que tienen que enfrentarse con la Inquisición, que pondrá a prueba sus ideales de amor y libertad.
La hermana Lucrecia, Yago, Nada, Salomón el Alquimista y Moisés el Curandero, son otros personajes de esta apasionante novela que, aunque se desarrolla en el siglo XIV, nos plantea los mismos interrogantes internos que preocupan a la sociedad actual.
La historia de El juego de Dios comienza cuando su protagonista, Valentina, está esperando a que la Inquisición vaya a apresarla para quemarla en la hoguera, por el simple hecho de ser una beguina. Pero ella acepta su destino y además se propone plasmar en un libro la historia de su vida, para que esos hechos no se pierdan en el olvido. Así, nos contará todo, desde el momento en el que ingresa en un convento por imposición de su padre; nadie le ha preguntado a ella si realmente es esa la vida que quiere llevar, pero parece que no hay otra alternativa porque ese ha sido el último deseo de su progenitor antes de morir. Y la entrada de Valentina en el convento no puede ser peor: después de conocer a la abadesa, tiene claro que aquello va a ser un infierno y no cree que vaya a poder aguantar el resto de su vida recluída en ese sitio; para colmo, aunque su padre es copista y se ha molestado en enseñarle a leer y escribir, cosa muy poco común para una mujer de aquella época, al llegar al convento la abadesa le confisca a Valentina sus útiles de escritura, el único recuerdo que le queda de su vida anterior.
La hermana Lucrecia será quien más la ayude a integrarse en su nuevo hogar; Lucrecia entiende perfectamente las inquietudes de Valentina y sabe por lo que está pasando. Pero con su paciencia ayudará a su nueva amiga a descubrir que ni el convento es un infierno, ni la vida es tan terrible como ella cree. Y precisamente porque la vida da muchas vueltas y nunca sabemos lo que nos vamos a encontrar al día siguiente, la vida de Valentina da un cambio radical cuando un día va al mercado de la ciudad para comprar alimentos, y allí conoce a Yago, un malabarista del que se quedará prendida y del que únicamente sabe que está de paso en la ciudad porque va hacia Santiago de Compostela.
Nos encontramos ante una historia, para mi gusto, muy entrañable, a pesar de que sabemos desde el principio que la protagonista está esperando su muerte a manos de la Inquisición, y eso desde luego no es nada agradable. Pero la forma que tiene la autora de contarnos las cosas nos hará disfrutar de una lectura que a mí personalmente me gustó muchísimo: me gustó la época en la que se desarrollan los hechos, la historia de Valentina y de sus amigas beguinas, la evolución de cada uno de los personajes, a los que tomaremos mucho cariño... Pero sobre todo el planteamiento vital que se hace, y que no es otro que el hecho de que nuestra vida es una gran obra de teatro en la que cada uno es protagonista pero tiene a otras personas que juegan un papel secundario en esa obra; por su parte, cada uno de estos actores secundarios es el protagonista de su propia vida, y cualquiera de nosotros puede ser también actor secundario en la vida de otros, además de protagonistas en la nuestra. Fue un planteamiento que me pareció muy bonito y además muy bien contado; el estilo de Rosa es directo, sencillo, sin florituras lingüísticas, pero al mismo tiempo nos hace plantearnos la posibilidad de comportarnos como las beguinas, unas mujeres valientes que no estaban sometidas a nada ni a nadie, más que a sus propias conciencias; y que expresaban su amor a Dios amando y ayudando a los demás.
Para mí esta lectura ha sido desde luego toda una sorpresa; por el momento ya he apuntado a Rosa en mi lista de autores a los que seguiré leyendo, sin ninguna duda.