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El juego de la abadesa

Publicado el 08 septiembre 2016 por Angeles

Si empezara esta entrada diciendo que en el siglo XII vivió en Alemania una mujer extraordinaria, una monja, que fue poeta, científica, compositora y consejera de papas y emperadores, no me daría tiempo a añadir nada más, pues en seguida dirían ustedes: “Claro, Hildegarde von Bingen”. Y en efecto, a ella me refiero.Hace poco leí un artículo sobre las llamadas conlangs (constructed languages), es decir, las lenguas inventadas, los idiomas creados de manera artificial.Los ejemplos más populares de idiomas artificiales son probablemente el esperanto y las lenguas que creó Tolkien para El señor de los anillos; y más recientemente, las creadas para la serie Juego de TronosPero  hay en la historia más ejemplos, y se cree que el más antiguo es la Lingua ignota, que es el vocabulario que inventó nuestra sabia medieval, Hildegarda de Bingen, y que utilizaba para poner letra a los himnos que componía.  Hildegard von BingenDe la Lingua ignota se conocen unas mil palabras, pero de lo escrito por la abadesa utilizando este vocabulario sólo se conserva un breve texto de pocas líneas. Este texto está escrito en latín y en él se intercalan cinco palabras “ignotas”. De esas cinco palabras sólo se conoce el significado de una (loifol, pueblo). Las otras cuatro no están incluidas en ese glosario de mil palabras, por lo que su significado es verdaderamente ignoto.Diversos estudiosos y expertos de diferentes épocas, como Wilhelm Grimm, han propuesto significados para esas cuatro palabras misteriosas, basándose en el escaso contexto –y en su imaginación, supongo yo-. Pero no dejan de ser sugerencias y especulaciones, y lo cierto es que no podemos saber con certeza qué significados les dio Hildegarda a esas palabras. El texto que se conserva, traducido del latín* y con las cinco palabras en lingua ignota, queda así:Oh, orzchis iglesia, ceñida con las armas divinas y adornada con jacinto, eres la caldemia de las heridas del loifol, y la ciudad de las ciencias. Oh, oh, tú eres la crizanta en altos sones, y la chorzta joyaA mí me parece que el texto tiene un misterio que va más allá del hecho de que no conozcamos el significado de esas cuatro palabras. Es el enigma de su forma y su sonido, de cómo suenan ahora y de cómo sonarían cuando las pronunciaba Hildegarda;  y es el misterio que produce el pensar en ella, inventando palabras, creando un lenguaje secreto, por alguna razón ignota o porque sí, por un puro e irrefrenable afán creador.Y es el misterio del lenguaje mismo, de su íntima conexión no sólo con la mente sino con el espíritu, con la esencia del ser humano.Pero todo esto que antecede no es más que el preámbulo para presentarles un juego que quiero proponerles, y que consiste ni más ni menos que en hacer lo mismo que la abadesa Hildegarda: crear nuestra propia lingua ignota -en proporciones reducidas, claro está- y utilizarla en un texto.Así pues, si quieren jugar, les propongo que cada uno de ustedes invente una o dos palabras, y que me las hagan llegar o bien dejándolas  en un comentario o bien enviándomelas a mi correo electrónico. Yo le atribuiré un significado concreto a cada una y escribiré un texto en el que irán intercaladas.Después publicaré una entrada con ese texto para que ustedes intenten deducir -guiándose por el contexto o por su imaginación- el significado que les he atribuido.A mí me parece que será muy interesante ver las coincidencias y las diferencias que puedan darse en sus interpretaciones o traducciones de las palabras. Por no hablar de lo mágico, sugerente y evocador que puede resultar el texto con esas palabras ignotas creadas por ustedes.

Espero que les parezca atractiva la idea y que, una vez más, me hagan el honor de jugar conmigo. Muchas gracias.
Sainte Chapelle, París
* http://adamar.org/ivepoca/node/1163

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