No hay nostalgia peor
que añorar lo que nunca jamás sucedió…
Joaquín Sabina
Esto de echar la vista atrás y recobrar vivencias, tiene su aquel. Sobretodo si echas las vista muy atrás y sobre un periodo más o menos largo.
Ya decía Umbral, o al menos yo se lo he leído a él, que recordar es pasar las cosas por el corazón. Y claro, si la vida no te ha resecado y endurecido el corazón demasiado, lo que pases por él quedará matizado, sobretodo lo que viviste como un drama en su momento. Dicen que cualquier tiempo pasado fue mejor. No lo creo, lo que ocurre es que el tiempo actual todavía no hemos conseguido convertirlo en recuerdo, no lo hemos pasado por el tamiz del corazón.
Tardé once años en volver a Badajoz y aun considero que aquel regreso en 1983 no fue en realidad un regreso. No pisé Los Hogares y fuera de Cecilia y Dominguito, vi a poca gente relacionada con mi infancia. El verdadero regreso se produjo en 2006, supongo que cuando el corazón dijo que sí.
Aun no he vuelto, cumpliendo mi promesa, a Alicante. El periodo que pasé en Rab
asa haciendo la mili, fue lo más parecido a mi vida en Los Hogares. Fue algo así como un deja vu que marcó, no sólo mi estancia en Alicante, sino que volvió a teñir de negro la de Los Hogares. Este pasado domingo me dio por recuperar fotografías y entre ellas, como no, aparecieron las fotos de la mili. Al mirarlas, me sobrevino un pequeño, muy pequeño brote nostálgico, pero por pequeño que fuera, era nostalgia al fin. Parece ser, que al pasar hoy día por el corazón aquella etapa, al recordarla, no sale tan mal parada. Tal vez la vida no me ha resecado y endurecido lo suficiente el corazón.Debe tener que ver con aquello de: el corazón tiene razones que la razón no entiende.