Año: 2010.Género: Horror.
País: Canadá - Estados Unidos.
Duración: 91 minutos.
Dirección: Kevin Greutert.
Intérpretes: Tobin Bell, Cary Elwes, Costas Mandylor, Betsy Russell, Sean Patrick Flanery, Gina Holden, Dean Armstrong, Chad Donella, Chester Bennington, Tanedra Howard.
"Mientras una batalla se libra contra el brutal legado de Jigsaw, un grupo sobreviviente se reúne para buscar el apoyo de gurú de la autoayuda y compañero sobreviviente Bobby Dagen, un hombre cuyo propio oscuros secretos desatarán una nueva ola de terror."
Es duro recibir el final de una saga que ha acompañado a tantos fanáticos durante tantos años, los ha maravillado con su icónico personaje, con sus trampas y muertes grandiosas y super sangrientas, con sus finales sorpresivos e inesperados , pero éste ha llegado y luego de nada menos que siete sólidas (en su argumento) entregas, Saw dice adiós y es va por la puerta que le corresponde. ¿Será la puerta grande? ¿Será que estuvo a la altura de las circunstancias? El Juego del Miedo 3D tiene esas respuestas.
Viendo Saw 3D, y en los primeros minutos iniciales, me hicieron acordar al rotundo comienzo de Saw III, con el detective Mathews liberándose de su encierro en el famoso baño subterráneo, nada más que en este comienzo tenemos al más que icónico y reconocido Doctor Gordon, que no aparecía desde la primera entrega, finalmente respondiendo en escasos minutos uno de los interrogantes más famosos de toda la franquicia; luego de esta reveladora introducción, y como si no se notara desde la otras predecesoras, tenemos un juego nuevo y brutal, con la particularidad de que éste se lleva a cabo en una locación abierta al público, lo cual es francamente novedoso ya que por una vez (quizás última) podemos ver la reacción de la gente ante semejante espectáculo. Lo que le sigue es la ramificación de las sub-tramas que fundamentan esta incursión: por un lado, el sangriento camino que deja Hoffman en su lucha por el dominio del legado de Jigsaw (aunque más bien, ¿alguien dijo venganza?) contra Jill, la conveniente investigación policial (a esta altura eliminaron a todo el FBI) y el subjuego, el del gurú de autoayuda Bobby Dagen, quien no la pasará nada bien, ni el ni sus allegados. Nada nuevo en la historia, ¿no?
Admito que habrá cabos sueltos sin resolver, algunos pequeños, otros un tanto visibles, pero realmente la historia tiene un cierre bastante satisfactorio, acorde a las historias y elucubraciones que los fanáticos se hayan creado en sus mentes durante años; el regreso del Doctor no es en vano y bien vale la pena la espera. Ciertamente, el final de la película y la saga dejará a muchos contentos y a otros ofendidos, pero los verdaderos fanáticos sabrán apreciar este final rotundo y todas los pequeños detalles que se dejan ver en los ultimos momentos de este final no tan sorpresivo pero sí impactante.
Si sentí que el grueso de la trama estuvo bastante acelerado (nuevamente, hora y media de metraje no alcanza para satisfacer el gusto de todos) y todo se reduce a los quince, diez minutos finales, pero el durante tiene muchos altos y bajos. Las trampas, algunas bien simples, otras definitivamente complejas, siguen teniendo ese poder de que uno corra la cara, incluso estando acostumbrado a tanta carnicería (tomemos el ejemplo de la Trampa del Silencio, una de las mejores de esta entrega y de la saga)
Por otro lado, es importante que cada personaje actue acorde a las necesidades, y todas las víctimas acá lucen nuevamente teriblemente asustadas y completamente dentro de su papel; los papeles principales hay que diseccionarlos uno a uno: Costas Mandylor finaliza si papel de Hoffman de manera correcta (nunca le tuve mayor aprecio a su personaje), me di cuenta de que Betsy Russell realmente se dejó ver muy sobreactuada como Jill, Tobin Bell apenas aparece en pantalla y es una lástima, porque no tiene mayor relevancia en esta entrega y Cary Elwes regresa por al puerta grande. Nuevos personajes, como el Bobby Dagen de Sean Patrick Flanery y el Gibson de Chad Donella, apenas actuan correctamente, aunque Donella le da un toque picaresco a su detective que ningun personaje en la saga lo tuvo; estamos hablando de un poco de humor, que puede parecer descolgado en la historia, pero que no queda nada mal.
Técnicamente, siento que Kevin Greutert hizo un paso hacia atrás. Luego de su magnífica opera prima en Saw VI y con la controversia que generó con sus idas y venidas entre Actividad Paranormal 2, esperaba un trabajo alucinante y acá no hay mucho que se destaque. Tiene el ímpetu para dirigir, pero no hay nada que resalte como sí lo hizo en la anterior; el equipo de producción que tiene atrás es magnífico como siempre, y las trampas bien lo comprueban (excepto esa la que parecía un cohete, ¿que fue eso?)
Uno de los aspectos más decepcionante, sin embargo, es el 3D. Sí, fue filmada con cámaras 3D y no post-convertida, pero esto se nota nada más en la profundidad de las escenas y no cuando utilizan una y otra vez el gimmick de arrojar partes a la pantalla. Los órganas voladores se sienten muy falsos y forzados y directamente la saga no debería haberse cerrado de esta manera, tratando de salvar la hegemonía en la taquilla frente a AP2, aumentando el precio de la entrada. Es 3D correcto, pero no lo mejor que van a ver en el cine en este formato.
Por cierto, la banda de sonido de Charlie Clouser y el tema que todos conocemos han vuelto (no mejor que nunca, todo hay que decirlo) y cierra para siempre la saga, imortalizándola; igual, hay una reutilización de ciertos tonos que ya fueron utilizados en anteriores entregas, pero bueno, todo vale.
El Juego del Miedo 3D (lo siento, los títulos de crédito así la llaman y no VII como siempre debió ser) es un ligero paso hacia atrás en cuanto a calidad comparada con la 6, pero es el cierre definitivo de la saga y todo vale por la historia y la trama, y muchos saldrán contentos de que todo, al fin, tenga este cierre final. Game over, amigos.
Calificación: B