Hoy contamos con la colaboración de una gran amiga y profesional, nuestra querida Yessica Clemente, profesora de nuestro Curso Online Juego y aprendizaje: Descubriendo al niño desde dentro y que en esta oportunidad nos habla de la esencia del juego tanto en peques como en adultos… ¿Te animas a Jugar? ¡Empezamos!
Foto de Rejuega
El juego: una actividad para conectar y reconectarnos
por Yessica Clemente rejuega.com
Desde los orígenes el ser humano es lúdico; tiene esa necesidad innata de jugar, lo que pasa es que muchos adultos lo hemos olvidado…
El juego no es una mera actividad de los niños y las niñas que le sirve para entretener y estar distraídos en sus cosas, no. El juego es mucho más y son ellos: los niños y las niñas, los que mejor saben sobre este tema.
Ellos y ellas saben canalizar a la perfección ese impulso primario que les empuja a observar, a tocar, a curiosear, crear, inventar, imaginar, soñar….
Ellos y ellas saben seguir su motivación que los lleva a explorar, investigar, descubrir, conocer y aprender el mundo que les rodea y sobre ellos mismos.
Ellos y ellas saben mejor que nadie que no hace falta grandes artilugios para jugar sino las ganas para hacerlo y, que le den tiempo para desarrollarlo.
Foto de Rejuega
Si fuéramos capaces de parar nuestro ritmo, agacharnos y observarlos sin interferencias, poco a poco nos daríamos cuenta de las maravillas que hacen en el juego, la creatividad y originalidad que tienen, los aprendizajes que ponen en práctica y sus habilidades cómo se van desarrollando.
Si pudiéramos parar un momento, estoy segura de que nos pasaríamos horas observándolos y se despertaría en nosotros este instinto dormido que todos y todas tenemos: el juego.
Foto de Rejuega
Porque el juego con los años no se pierde:
“No dejamos de jugar porque nos hacemos viejos, nos hacemos viejos porque dejamos de jugar” – George Bernard Shaw.
Es solo cuestión de activarnos, de conocer cómo volverlo a hacer, descubrir cuáles son nuestros juegos ahora (porque el juego evoluciona con los años) y dejarse llevar. Es cuestión de tener ganas de seguir nuestras motivaciones intrínsecas, de darnos tiempo para aburrirnos y no conectarnos con la tecnología, de sentirnos, escucharnos y respetarnos, tal como cada niño y niña hace de sí mismo sin que nadie se lo enseñe.
Así, estaremos conectando con nuestro niño o niña interior y al sentirnos podremos empatizar con lo que sienten ellos y ellas, podremos acompañarlos en su proceso de juego y crecimiento, podremos entender la necesidad del tiempo y del espacio para el juego, la necesidad de tocar, explorar, crear con lo que tengan delante; ese impulso a no estar quieto y encontrar juego en cualquier momento y lugar.
Cuando tengamos esa chispa activada podremos adentrarnos en las etapas del juego de los niños y las niñas para poder acompañarlos mejor, ofreciendo el espacio, el tiempo y el material adecuado para jugar…
Porque a jugar, jugamos desde que nacemos hasta que nos morimos, sólo hay que saber reconocer el juego para ver en ese acto, un acto maravilloso de gozo, aprendizaje y crecimiento.
¡No dejemos que pare el juego!
Yessica Clemente.
—
Quizá te pueda interesar…