El verano sigue avanzando y el aire proveniente del continente africano ha provocado una ola de calor que nos hace buscar refugio en la sombra. Y es que en África se está caldeando el ambiente, no hay más que ver lo que pasa en Senegal donde en las últimas semanas ha habido una sucesión de manifestaciones y revueltas.
La primera vez, miles de senegaleses se echaron a la calle para protestar contra el intento del presidente Abdoulaye Wade de reformar la constitución del país para poder perpetuarse en el poder y, al mismo tiempo, garantizar que su hijo, Karim Wade, le sucediese en el cargo.
Detrás de todo este intento de creación de una dinastía familiar está la mano de Francia. Senegal es una de las joyas de la corona francesa en África y su presidente Wade un fiel aliado. De todos es sabido que la política senegalesa se decide en París y no en Dakar. Por eso Karim vive entre las dos capitales, con ese ritmo de vida y derroche que caracteriza a muchos de los hijos de los mandatarios africanos.
Esta vez han ganado los jóvenes senegaleses que, agrupados en torno a un movimiento llamado “Ya está bien”, han conseguido que se retire el intento de reforma constitucional. Y lo han hecho a ritmo de rap, que es la música que les gusta escuchar, como a la mayoría de los jóvenes africanos.
Alentados por este triunfo, el lunes pasado volvieron a repetirse los disturbios, esta vez para protestar contra los frecuentes cortes de luz que sufre el país. Las protestas se sintieron de forma especial en Dakar y Mbour y numerosos edificios públicos fueron incendiados, entre ellos el de la compañía eléctrica nacional.
Parece que la revolución va prendiendo poco a poco en el África subsahariana.
Mientras la cocaína sigue circulando por la región. Estos días ha sido noticia la detención de un ex policía gallego en Malí donde se dedicaba al transporte de la droga. Curiosamente, cada vez hay más informaciones que vinculan a Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI) con el tráfico de cocaína. Según UNDOC los terroristas facilitan el paso de los traficantes. Esto, junto al secuestro de occidentales, son las mayores fuentes de financiación que el grupo tiene.
Justo el pasado lunes nos enterábamos de que el ejército de Mauritania había cruzado la frontera con Malí para destruir una base de Al Qaeda. Es la primera vez que sucede un acontecimiento como este.
Pero de verdad, la gran noticia de esta semana creo que es el que, por fin, el Tribunal Penal Internacional, ha lanzado una orden de arresto contra Gadafi por los crímenes cometidos contra su propio pueblo.
Es una pena que Gadafi haya tenido que caer en desgracia ante los ojos de Occidente para que se dicte una orden como esta. Hace años que vengo insistiendo que el presidente libio tiene que ser llevado ante la justicia internacional por el papel jugado en guerras como la de Sierra Leona, Liberia, Chad… Parece que allí estaba haciendo el juego a las potencias occidentales y esas le protegieron. Ahora, esta primera orden podría abrir la puerta a otras acusaciones. Aunque dudo que eso se produzca porque un juicio contra Gadafi por su responsabilidad por promover y financiar guerras en África pondría al descubierto los trapos sucios de la política de tantos países que se autoproclaman defensores de la democracia y los Derechos humanos.
Hoy terminamos con música de Malí y uno de sus cantantes más famosos, Salif Keita, que canta Folon. Música relajante e imágenes de la vida diaria en el Sahel.