El título del post viene del épico final musical de La vida de Brian, con ellos colgando y aceptando la realidad (su propio final) de una manera sorprendente. Cuando se estrenó, muchos se indignaron, otros se enfadaron. Pero afrontar los hechos con una sonrisa, te dignifica. Ocultarse o dar pena ante un final, no.
En el final, cuando se tienen datos objetivos de que una historia ha llegado a su término viene la parte más difícil y más importante: ejecutar la decisión. En ese momento solo hay tres cosas que se deben hacer, y muy bien:
- Tempo: dar los pasos uno tras otro en el orden correcto, de lo contrario al final su pésima ejecución dejará secuelas
- Comunicarlo muy bien a todos los “afectados” para evitar que las personas dejen volar su imaginación y lleguen a conclusiones que no son ciertas y
- Foco: poner por delante de todo a las personas. Ahora son lo más importante, por encima de todo y hay que evitar daños innecesarios.
En algunas sociedades, los cierres dan vergüenza, se evita la decisión final, aquella mancha ficticia se vuelve un pozo de humillación y aparece “el aquí no ha sucedido nada”. Síndrome que arruina personas, relaciones y empresas. El pasado está compuesto de hechos en lugar de proyectos.
Como muchos de mis lectores sabéis, hace un año comunicábamos, a través de nuestro blog corporativo, que David y yo habíamos decidido dejar de mantener de la forma en que lo hacíamos nuestros espacios sociales comunes. La decisión se basaba en:
- Nuestras marcas personales estaban por encima de la corporativa por un tema de tiempo que llevaban online. Tanto a nivel cualitativo como con los datos cuantitativos en la mano.
- Para darle la vuelta a esa situación teníamos que invertir mucho más tiempo a una que a las otras dos porque no llegábamos a todo
- Nuestro trabajo se basaba mucho en la confianza y eso lo puede dar perfectamente una marca personal consolidada. De hecho, conseguíamos proyectos y nos invitaban a conferencias o a impartir clases por nuestros nombres, no por la marca corporativa.
- Como dos profesionales podíamos seguir colaborando sin necesidad ni de vernos todos los días, sin necesidad de tener equipo (de hecho siempre hemos huido de la “gran empresa”)
- No queríamos caer, por la falta de tiempo, en el clásico “en casa de herrero, cuchillo de palo”. Tampoco queríamos lastres innecesarios.
- La única razón para mantener la marca era por si algún cliente solo aceptaba que se facturara desde de una sociedad (cosa que nos parece que cada día se da menos) y por si dábamos un gran salto cualitativo que nos permitiera retomar la marca y crear estructura y esas cosas.
Y el final lo tomamos con cierta alegría, quitándonos un peso de encima. Modificamos protocolos de comunicación, desactivamos la publicación de contenido en los espacios corporativos y restablecimos nuestra marca personal sobre la de 2sw en nuestras cuentas en G+, Facebook, Youtube, Twitter, LinkedIn. Al cumplirse un año de aquella comunicación, con David vamos a pasar al siguiente escalón y cerrar 2shareworld.
¿Por qué termina esta historia?
Durante este año, tanto David como yo hemos estado centrados en proyectos individuales. Lo hemos dejado salir de forma natural. Yo me embarqué en el mentoring a emprendedores a la par de decidir de no competir con mis babybits (mis alumnos) en los proyectos. Además, estuve y estoy rearmando el Postgrado en Marketing Online y luego, lanzando el Digital Signage Club. David ha llevado una tarea frenética en la universidad, en asociaciones, en medios tradicionales y para no aburrise, también mentorizando proyectos.
En lugar de tirar adelante con la marca empresa, que no aporta valor diferencial, apostamos por nosotros, por David y por Mando. Aquellas son actividades individuales donde una marca paraguas solo pierde consistencia. Y de los proyectos de cierta envergadura que han salido, hemos colaborado como dos profesionales pero no por tener una marca que nos une.
Será la edad o la razón, pero no nos gusta el postureo. Si algo no sirve, se quita. Y se quita con estilo, claro. A ambos nos gusta la rebeldía de la canción, porque coincidimos en que es más divertido empezar nuevas aventuras libres de tener lastres con el pasado. Chau lastre.
Y ¿ahora qué?
Pues el único cambio será que David y yo ya no somos socios y que To Share World, SL desaparece. Por lo demás pocas cosas cambiarán.
- Cerraremos todos los espacios sociales pero seguiremos compartiendo nuestro Google Site y nuestro Dropbox, por ejemplo. Porque son los sitios donde seguiremos pasándonos conocimiento del uno al otro.
- Si sale algún proyecto en el que uno de los dos pueda aportarle valor al otro pues colaboraremos.
- Nos seguiremos viendo para nuestras cenas y comidas… o en otros sitios de esto del 2.0. (Eso sí, el 2shareworld Summit que os ha acompañado tres años ya no se repetirá.. bueno sí, sin la marca, sí).
- Ambos nos concentraremos en nuestro trabajo de asesoría para la definición y el desarrollo de la estrategia digital corporativa ya sea en la vertiente de comunicación, de marketing, de modelo de negocio, y de cambio y de formación interna.
- Ambos seguiremos mentorizando a start-ups… una cosa que nos encanta a los dos.
- Queremos seguir dando conferencias y charlas, otra cosa que nos motiva muchísimo.
- Y tendremos nuestros proyectos “solidarios”: los Think Tanks y asociaciones donde estamos inmersos.
- Y claro, sin olvidarnos de la formación, of course!
Metimos goles, nos divertimos haciéndolos. Pero el partido terminó. Toca fiesta de despedida. En Agosto, toca recuperarnos de la party haciendo renovaciones, vida nueva, nuevos sitios. Con lo que no esperéis ningún post en Agosto. Nos leeremos en Septiembre.
Criaturos: muy buenas vacaciones, a disfrutarlas y como dice la canción “lo que toca es reír y sonreír y bailar y cantar”.
Siempre mira el lado brillante de la vida. Siempre :)
Tags: 2shareworld, branding, comunicacion, david soler, final, formas, gestión, partnership, socialmedia, socios