Una comedia de calidad necesita de dos pilares básicos: unos buenos actores y un buen guión. En cuanto a lo primero, los actores, son el punto fuerte de El lado bueno de las cosas, ya que consta de dos grandes protagonistas (Lawrence y Cooper) y de unos geniales secundarios (De Niro por fin nos vuelve a regalar un papel de nivelón). Sus interpretaciones de auténtica locura llevada al extremo llenan el film de escenas donde la comedia y el drama explotan con una fuerza incontrolable. Ahora bien, es en el guión donde el film flojea un poco, con un desarrollo demasiado lento y repetitivo en algunos momentos. Por suerte en la parte final la peli encuentra el camino correcto, y es que todas las buenas comedias deberían terminar con un baile.
Lo mejor: las escenas de locura máxima con Lawrence, Cooper y De Niro
Lo peor: no encuentra el ritmo adecuado para que la locura sea genialidad.
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