Cautos los cuerpos y en los diez rígidos centímetros de separación todo el deseo
El lado frío de la almohada
Esta novela fue una recomendación antigua que me alegro de haber recuperado de la memoria y así haber podido añadir a Belén Gopegui a mis escritores favoritos ya a finales del 2015. Más vale tarde que nunca.
En El lado frío de la almohada el lector se encontrará con una interesante trama de espionaje y, al mismo tiempo, con una intensa historia de amor. No voy a entrar en la polémica suscitada en torno a la defensa que pueda hacer la autora de la revolución cubana. No me interesa, la verdad. Me parece que sus palabras trascienden cualquier atisbo de debate y que la poesía colma las páginas de esta autora.Y que las ideas, si se muestran con la exquisitez de Gopegui, son siempre valiosas, tanto para los que las comparten como para los que las condenan. En El lado frío de la almohada se desarrolla una trama de engaños entre el gobierno cubano y el norteamericano, mostrándonos el sutil manejo de las artes diplomáticas. Y en medio de esta tensión, dos enemigos se aman: el diplomático Hull y la agente cubana Laura Bahía. A través de las negociaciones y de nueve cartas que la agente envía al director de un periódico y que parecen, en realidad, un testamento, los dos protagonistas rozaran con los dedos lo que podría haber sido si su historia, imperfecta como debe de ser cualquier amor que se precie de serlo, hubiese tenido su espacio alejada de la realidad de un mundo hostil a ambos, un mundo en el que nunca deberían de haberse encontrado más que como espías de sus respectivos países. De esta novela me quedo con los momentos como el que encabeza la entrada de este blog, con las frases que se clavan bien hondo y con escenarios que se pueden palpar.
EL LADO FRÍO DE LA ALMOHADA, de BELÉN GOPEGUI
El lado frío es el lugar que se busca en la almohada cuando aquel en que se soñaba se hunde y se calienta. El lado frío de la almohada trata de los sueños que tenemos y, sobre todo, de los que po podemos tener. En el año 2003 Philip Hull, un diplomático estadounidense destinado en Madrid, se ve envuelto en un laberinto al aceptar ser el intermediario en un trato con agentes de la seguridad del Estado de Cuba. La aparición de Laura Bahía, joven agente española de origen cubano, le lleva a poner en duda su propio carácter escéptico, individualista, a veces generoso. La historia de amor entre ambos tiene su envés en la historia de las dificultades de la revolución cubana. Entretanto, Laura escribe unas cartas íntimas cuyo destinatario no es Hull sino el director de un periódico de gran tirada. El lado frío de la almohada pone en cuestión el conflicto entre el individuo y la colectividad; pregunta por las historias que esperamos, interioriza el papel de lo no imaginable y plantea el sentido de defender hoy la revolución cubana.