Según el Alto Comisionado Para los Refugiados de Las Naciones Unidas, los refugiados deben contar con protección y asistencia en los países de acogida. Así, cuentan con los mismos derechos mínimos que el resto de los ciudadanos: asistencia médica, escolarización, acceso a un trabajo digno, etc. Por otro lado, tienen también las mismas obligaciones: respetar las leyes de los países de acogida.
Dificultades y retos de la traducción para asistir a los refugiadosLos refugiados cuentan a menudo con la ayuda de traductores e intérpretes profesionales o voluntarios, que les ayudan al tratar con abogados, trabajadores sociales, psicólogos, médicos, etc, mientras no aprenden la lengua del país de acogida. Los traductores deben estar al tanto de las leyes que amparan a los refugiados y manejar una terminología muy diversa, ya que deben traducir información relativa a cualquier aspecto de su día a día. A menudo, la traducciones deben realizarse con urgencia y la responsabilidad del traductor es alta.El lado humano y la empatía juegan también un papel muy importante. Los refugiados se enfrentan a situaciones difíciles, al verse alejados de sus hogares y teniendo que adaptarse a nuevas costumbres y culturas sin conocer el idioma del país de acogida. A menudo, su nivel de frustración es muy alto y les cuesta adaptarse a su nueva situación. Por ello, el traductor debe ser empático y comprender que, al trabajar con refugiados, su papel como persona es tan importante como su papel como profesional.La Comisión Española de Ayuda al Refugiado cuenta con equipos de traductores, intérpretes y voluntarios que asisten a los refugiados en nuestro país. La demanda de idiomas y profesionales de la traducción depende del momento y de la situación política mundial. Actualmente, el mayor número de solicitantes de protección internacional en España proviene de Mali, Siria y Argelia.